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San Sebastián
Jueves, 30 de enero 2025, 06:50
Unai Emery volvió a ser testigo de un episodio de mala suerte. Y todo después de que su máximo goleador, Ollie Watkins, cometiera un error garrafal al lanzar un penalti a la grada cuando su equipo, el Aston Villa, ganaba por la mínima al Celtic de Glasgow (3-2). Este inoportuno contratiempo trajo a la memoria la absurda jugada que el pasado mes de noviembre protagonizaron su portero, el Dibu', y Tyrone Mings cuando les tocó sacar de puerta un balón ante el Brujas: la acción desembocó en penalti en contra y gol del conjunto belga. Ver para creer.
Unai Emery encaraba este miércoles el último partido de la fase de grupos de la Champions con la obligación de ganar al Celtic de Glasgow: una victoria le daba la clasificación directa para la ronda de octavos. El choque comenzó bien para el técnico guipuzcoano, ya que dos goles de Rogers encarrilaron el encuentro a la media hora de juego. Sin embargo, el británico Adam Idah igualó el choque en apenas dos minutos, dejando todo por decidir a vuelta de vestuarios.
El partido pareció volver a estar encarrilado para el Aston Villa cuando en el minuto 60 Watkins aprovechó una asistencia de Ramsey para marcar el 3-2. Y mucho más aún cuando Auston Trusty cometió un claro penalti en el minuto 66 a favor del conjunto local. Watkins, máximo goleador del Aston Villa (10 goles y 5 asistencias en la Premier) colocó el balón en el punto de penalti, cogió carrerilla… y la lió. Y todo por un inoportuno resbalón en su pie de apoyo, que le acabó desequilibrando por completo. ¿Resultado? El balón se fue directamente a la grada en uno de los peores penaltis de los últimos tiempos. Cuestión de mala suerte. Por suerte para Unai Emery, Rogers terminó sentenciando el choque en el tiempo de descuento para confirmar un 'hat trick' (4-2).
- ¿Te vienes a mi casa a estudiar?
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) January 29, 2025
+ Nah, ya me lo sé...#UCL #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/13ZWkDbPkX
Una vez Clément Turpin señaló el final del partido, Unai Emery respiró aliviado: el Aston Villa acababa de garantizarse la octava plaza en la fase de grupos de la Champions, lo que le permitía evitar una eliminatoria a doble partido camino de octavos de final.
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