El Real Unión, a dar la talla en la nueva Primera RFEF

El nuevo consejo de administración trabaja desde hace semanas impulsando los ámbitos social, institucional o el fútbol base del club. Los resultados en esas facetas requerirán paciencia para que salgan a luz pero el rendimiento del primer equipo debe ser inmediato. El grupo I de la reestructurada división de bronce, con Deportivo de la Coruña, Racing de Santander, Badajoz o Bilbao Athletic, entre otros, no va a entender de procesos de adaptación.

El cambio de gestores en la entidad no se ha traducido en una revolución que haya afectado a los actores que el año pasado contribuyeron a que el Unión volviese a copar los puestos nobles de la tabla. Todo lo contrario. Se ha mostrado absoluta confianza en el trabajo realizado por Aitor Zulaika en el banquillo y por Gorka Etxeberria en la dirección deportiva. Los dos han tenido libertad para construir el nuevo plantel.

La nota durante la campaña 2020/21 rozó el sobresaliente, coqueteando con la fase de ascenso y consiguiendo el pase para Primera RFEF, pero todo el mundo es consciente del salto de calidad que deberá ofrecer el equipo para dar la talla en la nueva división de bronce. Los cambios en la plantilla, en cantidad, han sido los habituales de todas las temporadas pero eso no quiere decir que no se hayan tomado decisiones importantes.

En el capítulo de bajas, destacan por encima del resto las de Mikel Azkoiti y Jorge Galán, dos jugadores que han sido santo y seña del club las últimas ocho temporadas y que no vestirán la elástica txuribelz en el curso que arrancará en escasas dos semanas. Por minutos jugados y el papel que desempeñó en los éxitos del equipo, la ausencia que más ha llamado la atención ha sido la de Jon Madrazo, el extremo ortuellarra que ha recalado en el Calahorra.

También parecía interesante la continuidad de Fran Rivera pero el gaditano y el Real Unión han separado sus caminos. Igual que Borja Viguera. El atacante tuvo buenas actuaciones el año pasado pero no han sido suficientes para continuar. Las no renovaciones de Aritz Borda, Guille Donoso y especialmente la de Moha Ramos, estaban cantadas.

En el capítulo de altas un nombre llama la atención por encima del resto, el de Alain Oyarzun. El talentoso mediapunta jugará en casa tras pasar los últimos años por Mirandés, Zaragoza, Numancia o Córdoba. Si las lesiones le respetan, el canterano txuri-urdin apunta a ser uno de los jugadores diferenciales de la categoría.

El resto de contrataciones han llegado en su mayoría de conjuntos que el año pasado no consiguieron el billete para jugar en Primera RFEF, aunque eso no quiere decir que no puedan ofrecer un rendimiento óptimo vestidos de txuribeltz. Jugadores como Ruiz, Seguín, Sánchez o Carlos Bravo están llamados a ocupar un rol relevante en el esquema de Zulaika.

Sin olvidarse de los artífices que durante muchos meses devolvieron a la ciudad el sueño de retornar a un play-off. Gexan Elosegi, Iván Pérez, Quique Rivero o Anatz Elizondo encajaron a la perfección en su primera temporada y demostraron que pueden tener recorrido en el Real Unión .

Con la vieja guardia encabezada por Irazustabarrena, Senar o Capelete a pleno rendimiento, en Irun vuelven a tener motivos para ilusionarse con un equipo y una categoría que se presenta más interesante que la ya extinta Segunda B.