Así fue la frenética historia del 'no fichaje' de Llorente por el Athletic

Todo arrancó por la mañana. El Athletic no había tenido contactos con el delantero durante el tiempo que había permanecido abierto el mercado. Sólo un directivo se había dirigió a él a título particular hace unas semanas, pero se trató un movimiento sin el aval del resto de la junta.

Jugadores con mucho peso en el equipo hablaron con Llorente tras la derrota ante el Alavés el domingo (1-0). Le preguntaron cuáles eran las condiciones que planteaba para regresar. El riojano contestó que aceptaría colocarse en el tercer escalón de la masa salarial del club, con una ficha en torno a 2,5 millones de euros y que tenía el consentimiento del Nápoles para darle la carta de libertad.

Llorente les explicó que no quería 'atracar' al club, que se ve en condiciones de ayudar porque se encuentra muy bien físicamente y que el fútbol que practica Garitano, de balones centrado desde las bandas, le viene bien. Añadió que siente un gran amor por el Athletic, que le gustan los retos y que aceptaba regresar pese a ser consciente de que eso le colocaba en el centro de la controversia ante una parte de la afición que no comulga con el delantero.

Los jugadores hablaron entre ellos y llegaron a la conclusión de que era una operación asumible para las debilitadas finanzas de Ibaigane. Tras el entrenamiento, en torno a las 11.30 horas, un grupo en el que, al parecer, estaba alguno de los capitanes se dirigió al director deportivo, Rafa Alkorta. Al club le quedó la impresión de que venían en nombre de sus compañeros.

Le pidieron que fichara a Llorente. Alkorta contestó que era partidario desde hace tiempo de esa operación, como lo es también el entrenador, Gaizka Garitano. Sin embargo, añadió que esa decisión no era asunto suyo. Competía al presidente. Es entonces cuando los futbolistas se dirigen a Elizegi, al que piden la contratación del riojano porque le consideran la mejor solución para la falta de gol del equipo.

Los jugadores admiten que el relato que desveló este periódico en la tarde de ayer es cierto. El más activo fue Yuri Berchiche, que descargó su rabia pasada la medianoche a través de las redes sociales. «Cuánta razón, hemos hecho lo que hemos podido», fue uno de los mensajes del lateral a una información de Nico Rodríguez, de 'El Chiringuito', en el que señalaba que «Alkorta y Llorente habían llegado a un acuerdo y la comisión deportiva ha tirado el fichaje». Según las fuentes consultadas por este periódico el acuerdo nunca llegó a cerrarse. Otro rojiblanco que se posicionó en la tarde-noche de ayer fue Dani García, que dio un 'me gusta' a una publicación que hablaba del retorno del delantero riojano a las filas rojiblancas.

Alkorta, se supone que facultado por el presidente, se puso en contacto con Llorente. «Te quiero fichar, pero depende de la junta», le dice. Desde el club se explica al entorno del jugador que el asunto va a ser abordado por los directivos y que va a celebrarse una reunión para decidir. En las conversaciones no se concreta el tema económico, aunque el club conocía las pretensiones de Llorente y entendía que eran asumibles.

La junta, sin embargo, no es convocada. Las fuentes consultadas indican que la negativa se decide por las diferencias surgidas en la comisión deportiva, que es donde se toma la decisión final. Forman parte de este órgano el presidente, los directivos Ricardo Hernani y Óscar Beristain y los ejecutivos deportivos Rafa Alkorta y Andoni Ayarza, responsable de Lezama.

Hernani se ha manifestado siempre en contra del retorno del riojano, una opinión que ya trasladó en la primera intentona de retorno, en enero de 2019. Las fuentes consultadas indican que al menos cuenta con el apoyo de otros dos de los 16 miembros de la junta. Queda en duda el papel jugado por el director general, Jon Berasategi, con una gran capacidad de influencia en el presidente y cuyas relaciones con el entorno de Llorente fueron muy tensas cuando se fue a la Juventus en 2013.

Según esta versión, varios directivos se pusieron ayer en contacto con Elizegi para expresarle su opinión sobre el fichaje una vez que empezó a difundirse el interés de los jugadores por recuperar a su excompañero. Una parte de los dirigentes insistieron en que hay que hacer caso de los responsables deportivos y que si estos piden un fichaje se debe hacer si entra en las posibilidades económicas del club, como entienden que era el caso. Otros, por contra, le indicaron que su retorno abría el riesgo de aumentar la división social en un delicado momento y que no se puede recuperar a un jugador que protagonizó una salida tan tormentosa.

«Si Elizegi quisiera a Llorente, estaría aquí. De todas formas tampoco es de los que no lo quieren. Se ha visto mediatizado por los que no lo quieren», indican desde Ibaigane de manera telegráfica para explicar lo sucedido.

A media tarde la decisión estaba tomada. El club retomó el contacto con Llorente para decirle que no volvería. Le explicaron que la decisión era de la comisión deportiva. De todas formas, los jugadores insistieron en pedir su fichaje hasta altas horas de la noche, según las fuentes consultadas. Nada que hacer. Llorente se queda en el Nápoles pese a saber que no jugará.