Sal y agua traicioneras
Aseguran los supersticiosos que derramar sal trae mala suerte. Habrá que creerles. Montañas de sal ofrecieron ayer en Torrevieja imágenes preciosas. Sin embargo, presagiaban acontecimientos ... negativos... y ocurrieron.
La caída del Jumbo-Visma se resolvió, por fortuna, mejor que la de Ion Izagirre y Alejandro Valverde en el Tour de Francia de 2017, en las calles de Düsseldorf. Los tres que iban en cabeza rodaron por los suelos y otros dos tuvieron que echar pie a tierra. Bicicletas por debajo de la valla, un solo mecánico para atender a varios corredores, un caos... Poco después llegó lanzado el Deceuninck y se encontró con el coche del equipo holandés, que atendía a uno de sus ciclistas accidentados. El conjunto belga pudo perder la victoria de etapa por ese obstáculo inesperado.
Encontraron la carretera mojada y cuatro metros más adelante una curva que no pudieron salvar. Ni Jumbo-Visma, ni UAE, con Aru cabreado en la línea de meta. Luego supimos que el agua procedía de un jardín regado durante la disputa de la contrarreloj. Seguro que las plantas y las flores no se habrían marchitado por esperar unos minutos más.
El Euskadi-Murias también tuvo su ración de mala fortuna ya que uno de sus automóviles se empotró contra una pared durante el calentamiento de sus corredores. Recuerdo que me pasó lo mismo como director en una Vuelta a Aragón. Era la última etapa, en un circuito que conocía. Al adelantar al grupo, llegué lanzado a una curva, en tercera o cuarta velocidad. No me dio tiempo a girar y me fui contra un pequeño pino. El árbol, ni un solo rasguño. Y eso que recibió un impacto de un coche con mil kilos peso y varias personas en su interior. Nosotros, en cambio, rompimos aguas. Acabábamos de estrenar el vehículo en la Vuelta a España, que entonces se disputaba en abril...
Con tanta sal, ningún corredor podrá decir que llegó deshidratado a meta. Corría en el equipo Kas cuando Luis Knörr, nuestro patrón, se presentó con vitamina C a granel. Era la misma que utilizaban para los refrescos. Nos dijeron que era más pura que la habitual.
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