Van der Poel doblega también a la París - Roubaix

Con un ataque a 60 kilómetros del velódromo, el campeón del mundo cruzó la línea de meta con tres minutos de ventaja sobre su compañero de equipo Jasper Philipsen, el velocista belga que superó en un sprint al danés Mads Pedersen (Lidl-Trek) y al alemán Nils Politt (UAE).

El fenómeno neerlandés logró de manera exuberante su sexto monumento, apenas una semana después de haber ganado el Tour de Flandes. El último ciclista en haber logrado este doblete en una misma temporada fue el suizo Fabian Cancellara en 2013 y el belga Tom Boonen fue el último en revalidar victoria en el Infierno del Norte.

«Esto es algo difícil de creer. Este año quería simplemente ir luciendo el maillot. Ganar en Flandes y en Roubaix con él es un sueño, me quedo sin palabras», comentó Van der Poel.

«No había previsto quedarme solo tan pronto. Simplemente quería endurecer la carrera a partir de ahí. Sabía que íbamos a tener el viento de espalda hasta la meta y me sentía con unas piernas increíbles».

A sus 29 años, suma tres Tour de Flandes, una Milán-San Remo y dos París-Roubaix. Seis monumentos que le dejan a uno de Cancellara, Boonen y Gino Bartali, aunque aún queda lejos de los 19 de Eddy Merckx.

Grandísimo favorito a la victoria ante la ausencia del resto de grandes estrellas del pelotón, Van der Poel fue fiel a su manera de correr y se llevó la victoria con un ataque de lejos. A algo más de 90 kilómetros para la meta, en el bosque de Arenberg, uno de los tramos de pavé de mayor dificultad, el neerlandés probó a sus rivales con una primera aceleración, sin mayores consecuencias.

Con un pelotón delantero formado por menos de una veintena de corredores, Van der Poel sorprendió a todos: sin esperar al sector de Mons-en-Pévèle, también de máxima dificultad, el neerlandés lanzó el ataque definitivo a falta de 60 kilómetros para llegar al velódromo de Roubaix, en Orchies. Es la segunda cabalgada en solitario más larga de la historia tras la de Andrei Tchmil en 1994, que arrancó a 300 metros más de la meta de lo que hizo este domingo el neerlandés. La media de 47,802 por hora es un nuevo récord de velocidad. Es el octavo doblete Flandes-Roubaix el mismo año y el séptimo campeón del mundo en ejercicio que se anota el Infierno del Norte.

Van der Poel salió de este sector con apenas unos segundos de ventaja sobre el grupo de perseguidores, entre los que destacaban Tom Pidcock (Ineos), Politt, John Degenkolb (DSM), Tim Wellens (UAE), Mads Pedersen (Lidl-Trek), Stefan Küng (Groupama) y Jasper Philipsen, la segunda baza del Alpecin en caso de que Van der Poel fuera cazado.

Nada más lejos de la realidad: sin entendimiento entre los perseguidores y con un pedaleo infernal, Van der Poel fue ampliando su ventaja para llegar al minuto y 45 segundos apenas 20 kilómetros después. Nada podía impedir ya la victoria del campeón del mundo, salvo problema mecánico o accidente. El neerlandés se llevó un buen susto a falta de 32 de meta cuando se salió de la carretera en una curva, aunque logró rectificar la trayectoria.

Pero lejos de ceder terreno, la ventaja de Van der Poel no dejaba de crecer, gracias a que su compañero Philipsen ejercía de freno en el primer grupo perseguidor, reducido ya a Pedersen, Küng, Politt y al propio velocista belga, que fue segundo en la meta, tres minutos después de que la cruzara el maillot arcoíris. Aunque con cielo nublado, la ausencia de agua durante toda la jornada evitó que se registraran caídas de gravedad.

La victoria de Van der Poel significa que los tres monumentos disputados esta temporada han ido a parar a corredores del Alpecin. Philipsen ganó la Milán-San Remo y el campeón del mundo se ha anotado Flandes y Roubaix.

El ganador de este domingo está anunciado en el cuarto del año, la Lieja-Bastogne-Lieja, el domingo 21. En 2020 fue sexto.