«Su triunfo es un orgullo para el pueblo»
En su hogar. ·
El padre de Ion vivió el final de la etapa desde el móvil en el monte con sus perros y su cuadrilla brindó por él en el hogar del jubiladoOrgullo, emoción, admiración y también algo de nervios y tensión. Fueron los sentimientos de los ormaiztegiarras que vibraron con la victoria de Ion Izagirre. ... Ormaiztegi estuvo ayer de celebración, no porque se celebrara el pintxopote –que también–, sino porque uno de sus vecinos más ilustres levantó los brazos en la meta de Belleville en Beaujoilais, comuna francesa del departamento de Ródano hermanada ya para siempre con la localidad goierritarra.
El corredor del Cofidis no reside en esta población, pero sí su gente. Su aita José Ramón fue uno de los hombres más buscados por las calles del municipio. Todos querían felicitar al padre del ciclista más rápido en la jornada de ayer. Él vivió la etapa alejado del ruido. Siguió el t riunfo de su hijo a través de la pantalla del móvil en el monte acompañado de sus perros. Su grito resonó por todo Goierri.
Abajo, sobre el asfalto, la cuadrilla de Ion brindaba en el hogar del jubilado por su victoria. «Ha sido muy emocionante», destacaban, antes de reconocer que «los 30 kilómetros se han hecho largos». «La estrategia del Cofidis ha sido muy buena y a falta de 15 kilómetros ya veía que no se le escapaba», valoraba uno de ellos. «El grupo de Whatsapp está lleno de mensajes, va a alucinar cuando lo lea todo», indicaban también. Aún no se han puesto a preparar su recibimiento, aunque esperan felicitarle en persona en la Clásica, que se celebra dentro de dos semanas, el sábado 29, porque «siempre vamos a verle».
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Aitor, un ormaiztegiarra que charlaba con su grupo de amigos en la plaza del ayuntamiento, admitía que vivió el final de la etapa «con mucha tensión». «Yo gritaba ante la televisión y mi hijo se quedaba mirando», revelaba entre risas. «He salido con él a andar en bici y he visto que estaba en la escapada, pero no tenía mucha fe. Cuando hemos vuelto he visto que se estaba yendo. Baja bien y tenía piernas, así que tenía confianza en él. A falta de 7 kilómetros ya lo veía claro», subrayaba.
Santi, Joxe, Kontxi y Maite coincidían con Aitor en que Ion «sube bien, pero baja mejor». «Es una moto cuesta abajo. Ha sido muy cuco, porque se ha escapado subiendo», elogiaban estos vecinos de la localidad después de vivir la etapa «con muchos nervios». Sacaban pecho a su vez de que sacaban porque «en Ormaiztegi hay mucha afición al ciclismo».
Cerca de ellos, en la misma terraza de bar, Alberto también mostraba su felicidad por la victoria del menor de los Izagirre. «Que gane uno de aquí siempre es emocionante». Este vecino de Zumarraga fue ciclista y llegó a coincidir con Gorka en sub-23.
El vicepresidente de la Federación Guipuzcoana de Ciclismo, Mikel Irizar, también vivió el triunfo en la localidad natal del ciclista. «Es un orgullo para el pueblo y una satisfacción para la Federación. La clave estaba en saltar en el momento adecuado y ahí ha estado acertado», destacaba. Además, quiso reivindicar el éxito de Ion como corredor que «sale de la base». «Con todos los problemas que tenemos a la hora organizar carreras esto es una alegría», concluía.
«¡Bravo, bravo!», repetían por último Juan, Luis Juan, Simon y Joxe justo debajo del bloque de viviendas donde reside el aita del ciclista. «El ataque ha sido muy fuerte y ha habido un poco de dudas en el grupo. Ha sido muy emocionante», coincidía este grupo de amigos. Uno de ellos decía tener preparado «un cohete para lanzarlo a modo de celebración del triunfo». Una tradición ya para festejar los éxitos de los Izagirre en Ormaiztegi que amanece hoy orgulloso después de otra hazaña para el ciclismo guipuzcoano.
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