Calor que derrite el alquitrán
Anuncian temperaturas muy altas que pueden condicionar el desarrollo de la carrera. Como aquel día en el que nuestros maillots fueron a la basura
Primer velocista que repite victoria al sprint en este Tour. Julian Alaphilippe y Simon Yates ya habían firmado sendos dobletes, pero no en llegadas masivas, ... sino en otros terrenos. Elia Viviani dispuso de un lanzamiento fuera de serie a cargo de sus compañeros del Deceuninck, pero le faltó punta de velocidad para rematar. Imaginen la diferencia que hubiera obtenido Caleb Ewan sobre sus rivales si llega a estar en el lugar del italiano. El australiano, obstaculizado en más de una ocasión, es muy rápido. Me llama la atención que sigan en carrera tantos sprinters después de pasar los Pirineos. Se han registrado pocos abandonos. Posiblemente se deba a que el número de caídas es bajo, aunque eso no sirva de consuelo a Fuglsang. El danés dijo adiós ayer a la carrera víctima de un accidente. Parece que tiene una avería seria.
Llegamos a Gap, pero no por donde se cayó Joseba Beloki
Nos aproximamos a los Pirineos y veremos hoy una etapa ideal para que el grupo de escapados sea más numeroso que el de ayer. Al ver un puerto de tercera a pocos kilómetros de la meta de Gap me ha venido a la cabeza aquel en el que Joseba Beloki rodó por los suelos, esquivado por un Lance Armstrong que encontró salida en el prado. Pero no es el mismo. Aquella caída se produjo porque el asfalto estaba derretido. De calor, precisamente, anda sobrada la presente edición de la ronda gala. No digamos ya para lo que resta. Anuncian temperaturas altas. Como en aquella etapa que me tocó vivir como corredor. Hacía tanto calor que el alquitrán se levantó y la organización dio a los mecánicos de los equipos un líquido especial para limpiar las bicicletas. Nuestros maillots, por supuesto, fueron directos a la basura. Al día siguiente estrenamos culotes y camisetas. Los de la víspera no servían.
Con la información actual es complicado sorprender al líder
A la espera de la primera gran jornada alpina, mañana, me sorprendería que alguien aprovechara la etapa de hoy para poner en apuros a Julian Alahilippe. Sus rivales guardarán las mejores balas para la alta montaña. Además, en la actualidad es muy complicado sorprender al maillot amarillo. Podría darse el caso de que en una escapada de 40 ciclistas se filtrara alguien peligroso para la clasificación general, pero hoy en día la información que reciben los equipos es muy detallada e inmediata. Resulta complicado que se tarde en reconocer a alguien y ello provoque una tardanza a la hora de reaccionar en el gran grupo. En la época de la pizarra -por cierto, ese sistema no ha desaparecido- se tardaba más en conocer la composición de los grupos y la ventaja obtenida. Eso podía originar dudas entre los directores de equipo. Por eso el pinganillo tiene detractores. Entienden que un exceso de información perjudica al espectáculo. Eliminarlos, sin embargo, supondría ir hacia atrás en el tema de la seguridad. Y hay que avanzar en lugar de retroceder.
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