«Siempre lo veo por la tele, vivirlo aquí es una pasada»

Desde el otro lado del Urumea se podían ver los enormes camiones, las pantallas gigantes, y todo un despliegue que dejó alucinados a los que se acercaron paseando hasta la zona de la playa. A primera hora de la mañana, dos compañeros de carretera, de Zarauz y Donosti observan los últimos detalles del montaje. Aitor y Juan Carlos, con sus bicis y perfectamente equipados no perdían detalle. «Hemos venido ahora porque luego se va a llenar todo, aquí y en todas las carreteras de Gipuzkoa. Es un día grande para todos a los que nos gusta la bicicleta y lo vamos a aprovechar muy bien», aseguraba Aitor. Antes de subir a Jaizkibel a comer quisieron sacarse una foto en línea de meta, «es un día para salir, para mojarse, para disfrutar». Su amigo Juan Carlos esperaba ansioso la subida al monte «quiero verles pasar, a recordar viejos tiempos. En el 92 estuve también en la salida, le vi a Indurain ganar», recuerda.

Las ikurriñas que ondearon mientras los corredores pasaron por linea de meta se mezclaron con las de aquellos turistas que llegaron a la ciudad queriendo vivir la experiencia. Tadeo ya puede decir que ha cumplido su sueño, ver en directo la prueba. «Vengo de Tijuana, México, exclusivamente al Tour. Es un sueño hecho realidad. Fue un viaje largo, volé desde San Diego», detallaba. El sábado se fue al monte para disfrutar de una subida, en Donosti apostó por ver la llegada cogiendo sitio desde primera hora. «Siempre lo veo por la tele, vivirlo aquí es una pasada. El verlo ahora desde aquí, es una sensación muy diferente» explica emocionado con la experiencia, cuando confiesa que «es un viaje que tenia planeado. Acabo de cumplir un sueño pendiente». Lo hizo además mostrando su bandera mejicana en primera fila.

Muy cerca de el, posiblemente en el mejor lugar de toda la zona se colocó el primero Daniel. Un colombiano que reside en Madrid y que quiso aprovechar el fin de semana para animar a sus compatriotas. Nombrando a sus favoritos no tardamos en adivinar su nacionalidad, «a ver si podemos ver a Egan, a Bernal, A Rigo, a Pogacar, el que gane que lo haga bien y que puedan llegar de la mejor manera hasta acá» decía sentado justo a la par de la línea de meta. «Hay muchos corredores colombianos que están haciendo un gran esfuerzo. Soy de Colombia, vivo en Madrid y he venido a estas dos primeras carreras para ofrecerles mi apoyo» contaba. Sin moverse del mejor sitio, con el poncho oficial , «tengo comida, y estoy equipado. ¡De aquí no me muevo. Llegué a Donosti temprano. Tengo mucha energía para disfrutar del día de hoy» contaba a falta de mas de cinco horas de la llegada del pelotón.

En el front row también encontramos a John y Elisabeth. Una pareja que vive en Nueva York. Aunque el ilusionado nos aseguró que habían viajado solo a ver la prueba ciclista, ella rápido le corto para explicar que «yo soy de Francia. Tengo familia de Biarritz y hemos aprovechado para venir a visitarles. Además, lo hemos hecho coincidir con el Tour», comentaba mientras su novio se reía. Ella le acompañó en la larga espera en el Kursaal y por la tarde, el salió de fiesta con ella, ese era el trato. «Tenemos libros, comida, agua y vamos a disfrutar del ambiente. Haciendo fotos y vídeos. Creo que va a ser genial» añadía el estadounidense.

A pocos metros vio al francés ganar Nery, una vecina de Gros que vio el hueco y y sin pensárselo aprovechó. «¡De aquí yo ya no me muevo!» dijo al ver la oportunidad de vivirlo de cerca.

Jon, Patricia y Eugenie se conocieron frente a la valla en la que Lafay celebró la victoria. Tres desconocidos que se hicieron amigos esperando a la llegada de la etapa. Patricia, seguidora de Pogačar, explicó los detalles de la carrera a sus compañeros de espera. «Es mi favorito, y ahora el de ellos. Me encanta el ciclismo, no podía faltar viviendo aquí. Tengo muchas ganas». Comenta algunos detalles de la carrera con Eugenie, que estando de vacaciones también se ha acercado sola, «es mi primera vez, no sabia mucho hasta ahora de que iba esto. He visto vídeos de Youtube para informarme, ahora Patricia me esta enseñando» informaba la californiana. Jon, vino desde Pamplona con su amigo, pero lo abandonó por ellas. «Los ciclistas van a pasar como aviones, vamos a darlo todo. Es mi primera vez también. Alguna carrera he visto en Aralar, pero no como esta» desarrollaba el navarro a sus nuevas amigas »cosas de las vallas. ¡El Tour une!» gritaban los tres eufóricos.

Algunos hicieron doblete le fin de semana. Como un grupo de amigos de Bilbao que «nos colocamos en meta desde antes que saliera la etapa en Vitoria. Hemos traído desde chubasquero hasta crema de sol. Ayer estuvimos en el primera etapa y hemos querido estar en el segunda, Esta siendo una experiencia increíble» confesaba David, que considera que «hay que atraer más este tipo de eventos deportivos y culturales. Vivirlos y disfrutarlos siempre es un lujo».

Entre el ambiente festivo también hay quien espera nervioso por la prueba ciclista, Al fin y al cabo lo importante para muchos, «Sea quien sea el que gane , que sea un corredor vasco, me encantaría eso» confesaba Álvaro. El que aunque no consiguió que se cumpliera su deseo, el de Estella disfruto de un día y un ambiente inesperado, «nunca lo habíamos visto en la meta, Somos muy aficionados al Tour, y hoy lo hemos vivido un sitio privilegiado. Una autentica gozada».