Los números confirman las sensaciones
La victoria en San Remo de Van der Poel encandiló al aficionado y los datos recabados tras la carrera demuestran que fue un triunfo brillante
La victoria de Mathieu van der Poel (Alpecin) en la Milán-San Remo fue una obra de arte, plena de belleza, inspiración y estilo. Los ... datos de los ordenadores confirmaron los sentimientos de los aficionados. Fue una obra de arte y un prodigio estadístico. El triunfo del neerlandés, 62 años después del de su abuelo Raymond Poulidor –que las redes sociales no tardaron en unificar en el fotomontaje que acompaña a estas líneas–, dejó la siguiente radiografía.
La victoria del campeón del mundo de ciclo-cross se fraguó en los últimos ocho kilómetros. A 7,8 de meta, a dos y medio de la cima del Poggio, se produjo la primera aceleración de Pogacar (UAE). El Alpecin coloca a Kragh Andersen a rueda del esloveno, reservando a Van der Poel, seis puestos a la espalda del gran favorito. Filippo Ganna (Ineos) está dos plazas detrás de Pogacar y Van Aert (Jumbo) es el peor colocado, 14 puestos por detrás.
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39 La velocidad media de la subida al Poggio fue de 39,18 kilómetros por hora.Van der Poel recorrió los 3,7 kilómetros de ascensión en 5:40.
Un kilómetro y doscientos metros más arriba, Tim Wellens, que ejecuta con maestría la perfecta estrategia del UAE, se aparta para que Pogacar vuelva a abrir gas. El tempo es perfecto, quedan 1.300 metros hasta la cabina de teléfono, y la demostración es que se produce la selección definitiva. El esloveno se lleva consigo a Ganna,Van Aert –que ha reaccionado con clase al primer ataque que le había pillado lejos– y Van der Poel, que rueda cuarto en ese momento.
Un kilómetro más adelante, el neerlandés demuestra que la perfecta lectura de la carrera del UAE se podía mejorar. Es el territorio de los matices, que solo alcanzan a ver los elegidos. En el falso llano que lleva al pueblo mete tres segundos al trío.
Al comienzo de la bajada, rápidamente dobla la ventaja hasta que los tres perseguidores se organizan, con Pogacar dirigiendo el descenso, con Ganna segundo y Van der Poel cerrando. El dominio de la bici del neerlandés le permite ampliar el hueco hasta los ocho segundos al final del descenso. Un arreón del esloveno y dos relevos del italiano y el belga demuestran que a esa velocidad y con apenas dos kilómetros por delante no salen los números. Bajo la pancarta del último kilómetro cesan en su persecución y el triunfo de Van der Poel ya no corre peligro. El doble ganador del Tour de Flandes alcanza la meta en seis horas y veinticinco minutos, a una media de 45,773 kilómetros por hora, la segunda mejor de la historia. Dato destacable teniendo en cuenta que desde el Turchino el viento sopló en contra de la marcha de la carrera.
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