Queda todo pendiente para Artaleku

El partido entre los segundos de Bundesliga y Asobal empezó a jugarse por la mañana, en la reunión con la EHF, cuando el Bidasoa vio que en la convocatoria del Melsungen faltaban los 215 centímetros del lateral derecho letón Kristopans, segundo máximo goleador del equipo contando liga y competición europea, y tampoco estaba el danés Enderlit, que juega en la misma posición y estaba segundo en la lista de goleadores del Melsungen en la actual European League.

Bajas sensibles en el equipo alemán, a sumar a la del portero Nebojsa Simic, lesionado de gravedad el pasado sábado, y otras que arrastraba de antes. Roberto García Parrondo convocó a tres porteros, los polacos Morawski y Krwazcyk, y también el alemán Lichtlein, de 44 años, retirado y repescado de su cargo de entrenador de porteros. Jugó los últimos diecisiete minutos y mejoró poco a Morawski.

La importancia del partido se sintió desde el inicio, con pérdidas de balón de los dos equipos en sus primeras posesiones. Pero fue un espejismo y ambos calibraron sus ataques. El alemán pasaba mucho por las manos de Svensson (dos primeros goles) y un lanzamiento más y de Balenciaga, que cada vez que aceleraba ponía en solfa a la zaga amarilla.

Aunque el Irudek Bidasoa Irun se puso por delante (2-3 y 3-4), nuevas pérdidas de balón dieron alas al anfitrión. Pérdidas, o robos, como el que hizo Erik Balenciaga y culminó con el contraataque para el 6-4. Poco después Alex Mozas pidió el primer tiempo muerto, para tratar de corregir a sus jugadores y mostrarles las pautas para romper la férrea defensa germana.

Los irundarras llegaron al primer cuarto de hora con solo cinco goles (6-5), pese a que el portero local no se estrenó hasta el minuto 15. Señal de que el ataque no funcionaba correctamente y quien más hizo por enderezar el rumbo fue Asier Nieto, que en el 7-6 llevaba ya tres goles.

Los irundarras no estaban en su mejor versión pero les era suficiente para mantenerse en el partido, ya que las mayores diferencias en el marcador durante el primer tiempo fueron de dos goles. Tras el 9-7 entró en estado de gracia Julen Mujika, autor de los tres siguientes goles amarillos, uno desde el extremo aprovechando el bloqueo de Iñaki Cavero, otro desde nueve metros y el del 10-10, a la contra.

La igualada imperaba en el encuentro y sólo pudo romperla la única exclusión del primer tiempo, que sentó por dos minutos en el banquillo a Matheus da Silva. En ese tramo, el Melsungen hizo un parcial de 2-0 para el 13-11, aunque recibió pronto la respuesta de los guipuzcoanos con 0-2 en cuarenta segundos. Pedro Pacheco asistió a Esteban Salinas y después Asier Nieto chafó una circulación de la primera línea local y llevó el balón robado hasta el otro área, marcando el 13-13.

Era el octavo empate del primer tiempo y poco faltó para que éste acabara en igualada. Sin embargo, en la penúltima jugada el tiro de Theodoros Boskos fue detenido por Morawski, en la que era su tercera intervención de la tarde, y en la última, tiempo muerto mediante, el Melsungen atacó de nuevo en siete contra seis y sacó un penalty que materializó Ian Barrufet.

Sólo hubo tres siete metros (para el equipo local) y una exclusión (para el visitante) en una primera parte que acabó con 15-13.

El inicio del segundo tiempo fue para enmarcar. Jakub Skrzyniarz detuvo los cuatro primeros lanzamientos y seis de los siete primeros ¡Seis paradas en ocho minutos!. El Melsungen no marcó su primer gol de la reanudación hasta el minuto nueve y para entonces ya había recibido seis. Todo el equilibrio del primer tiempo saltó por los aires con ese parcial de 0-6 en el que salió todo de matrícula de honor: Defensa, portería y ataque.

El cordero se estaba comiendo al lobo, asombrado por el 15-19 que mostraba el marcador. Y no acabó ahí el despliegue de los irundarras. Ni el de Skrzyniarz, que acabó el partido con 14 paradas y un 33% (casi 40% en el segundo tiempo), ni el de la defensa, que solo encajó 28 goles, y sí un poco el del ataque, porque era imposible mantener el ritmo goleador con el que había arrancado el segundo tiempo.

Recuperado del susto, el Melsungen empezó a reecontrarse. 18-22 fue la última ventaja de cuatro goles que tuvieron los irundarras, que en los siguientes nueve minutos solo pudieron marcar dos goles, estrechándose el marcador al 23-24.

A falta de seis minutos ganaba 24-26 el Irudek Bidasoa Irun, que había ido a Alemania a por un 'buen resultado'. Sin duda ese lo era, pero llegó otra sequía de cinco minutos, que coincidió con el mejor momento del Melsungen, sacando provecho del siete contra seis, y el parcial de 4-0 en tres minutos puso el 28-26 en el marcador. Lo finiquitó Rodrigo Salinas con un gol a cuarenta segundos del final y un 'casi-empate' en el 28-27 definitivo. Quedan sesenta minutos, el marcador está 0-1 en contra y el Bidasoa se apoyará en Artaleku para conseguir el billete para la Final Four.