La revancha de Rajon Rondo
El ex de los Celtics anotó la canasta ganadora del primer clásico en el que jugaban como 'Lakers' tanto él como LeBron James |
Una de las primeras consecuencias de la llegada del entrenador Brad Stevens a Boston fue la marcha de Rajon Rondo. El base que ... fue un pilar fundamental en el título de los Celtics en el 2008, no sintonizó con el nuevo entrenador en un contexto de reconstrucción. Ya no estaban ni Garnett, ni Pierce ni Allen. Las hojas más verdes se marchitaron.
Rondo fue exiliado a Dallas, donde no tardó en friccionar con el 'coach' Rick Carlisle. Su carrera parecía abocada al olvido. Sin embargo, resurgió en Sacramento y ya en Chicago demostró su competitividad al arrastrar a un buen papel a los Bulls en playoffs. En la siguiente temporada puso a funcionar a los Pelicans. Rondo volvía a estar valorado en el mercado y los Lakers pensaron en él para dar empuje instantáneo a los nuevos Lakers de LeBron James y como mentor para una promesa como Lonzo Ball. La temporada parecía prometedora hasta que una trifulca en la que se vio envuelto con Chris Paul (Rockets) y problemas físicos volvieron a apartarle de los focos.
Una vez más Rondo se levantó. Volvió a la rotación, pero otra nube negra se cernía sobre su futuro. En vísperas del clásico Celtics-Lakers, el cierre de mercado NBA vivía sus últimos minutos con una amenaza de traspaso en la que estaría involucrado junto a medio equipo. Magic Johnson, General Manager del equipo angelino, hizo una oferta mastodóntica a New Orleans Pelicans por la perla más deseada, Anthony Davis. Los Lakers ofrecían a Lonzo Ball, Kyle Kuzma, Brandon Ingram, Rajon Rondo, Lance Stephenson, Michael Beasley y dos primeras rondas del Draft a cambio de una de las estrellas más en forma en la NBA. Órdago.
Amor propio
La calidad y el potencial de medio equipo había sido puesto en entredicho. Los Lakers miraban al corto plazo con LeBron en sus filas. Según avanzaban las horas New Orleans pedía más a cambio y finalmente desestimaron la oferta. No concedieron la salida que deseaba su estrella rebelde y Davis tendrá que volver a enfundarse la elástica de los Pelicans hasta final de temporada. La plantilla angelina que esperaba con las maletas hechas sin la certeza de que fuesen a jugar respiró de alivio. El mercado de fichajes se cerró con la salida de Michael Beasly y Zubac por Mike Muscala (Clippers). Un movimiento menor en Los Ángeles. La columna vertebral de los Lakers seguía intacta. Por si fuera poco, el periodista de la ESPN Wojnarowski daba posibilidades de que los Celtics podrían incorporar a Anthony Davis a final de temporada.
El clásico Celtics-Lakers ardía. Era un momento muy especial para dos protagonistas. Por un lado, el primer duelo para LeBron James y por otra parte volvía el hijo pródigo, enfundado en la camiseta del rival histórico. Antes del calentamiento, Rondo jugaba con su hijo en una de las canastas del TD Garden y también se reencontró con su excompañero Kevin Garnett. Junto a él alcanzó la gloria. Por si fuera poco, Garnett le esperaba enfundado en una camiseta de Boston, la del número 9 de Rondo. Afloraban los sentimientos.
Espectáculo en la cancha
Balón al aire. Los Celtics exhibieron un incontestable dominio inicial. El encuentro parecía encarrilado hasta que en el inicio del tercer cuarto un vendaval de triples a la velocidad de la luz dieron la vuelta al marcador. Rondo ponía el ritmo, LeBron la solidez y los demás 'lakers' el acierto y el coraje. En los Celtics solo Tatum y el alemán Theis sujetaban el marcador.
En el último acto los Celtics apretaron hasta hacerse con el mando del partido que parecía en manos de un hasta entonces errático Kyrie Irving. Aún así los Lakers siguieron creyendo en sí mismos y se aliaron para acercarse de nuevo con varios bombazos triples. En los momentos decisivos, un balón perdido por Irving dejó un último cartucho a los angelinos. Una penetración de Ingram taponada por Horford terminó con un balón que todo el mundo tocaba pero nadie llegó a poseer hasta que en el último suspiro surgió la figura de Rondo para lanzar sobre la bocina desde la media distancia. El TD Garden enmudeció, Rondo gritó y LeBron levantó al antihéroe en Boston. Rajon cumplió su revancha deportiva, allí donde triunfó.
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