En una décima de segundo del éxito a la decepción. Orlando Ortega volaba hacia la medalla de plata en la final de 110 vallas pero ... quién iba a imaginar que el jamaicano McLeod -que siempre corre al límite por su lado derecho rozando al rival- se desequilibraría hacia la calle del español en la última valla. Ese muro amarillo taponó el correr de Orlando y le relegó a la quinta posición. Adiós a la ¿única? baza de metal del equipo español.
La reclamación llegó, impugnación oficial, pataleo y cabreo de la delegación española, lógico. ¿Repetición de la final? Complicado. Existen precedentes pero.... Y ya lo siento porque ha sido un año durísimo para Orlando y ayer corrió para ganar una medalla.
Dos apuntes más a brochazo pasado el ecuador del Mundial. El nivel deportivo -excepto en los infiernos de las pruebas de asfalto, maratón y marcha- está siendo elevado, muy elevado. La ausencia de los 'bolts', que acaparaban en los últimos años todos los focos, no debe nublar la categoría de registros. Refresquemos memoria con esos 9.76 y 19.83 de Coleman y Lyles en 100 y 200 m. Los 8.69 m en longitud de Gayle y el 17.92 de Taylor en triple. Dos hombres por debajo de 13 minutos en 5.000 y otros dos en pértiga en 5.97. Sobresaliente el 1:42 en 800 de Brazier. Dos mujeres con 2.04 en altura (una junior), la pértiga se ha ganado con 4.95 m y enorme el 10.71 de Fraser-Price en el hectómetro.
¿Y la actuación española? A falta de cuatro jornadas es la mejor desde 2009 en finalistas (siete) -por ahora- a pesar de la mala suerte vivida ayer.
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