«El camino de José, el de la película, es el de alguien que va perdiendo la cordura»
'El hombre que amaba los platos voladores', dirigida por Diego Lerman, expone el caso de un periodista «casi mitológico» en la Argentina de los 80
Martin Ruiz Egaña
Martes, 24 de septiembre 2024, 15:04
Ovnis en Argentina a mediados de los años 80. José de Zer cubrió varios casos de supuestos avistamientos de Objetos Voladores No Identificados en el ... Cerro Uritorco, en la provincia de Córdoba. Junto a su inseparable cámara Carlos 'Chango' Torres, recorrió cuevas y montañas filmando estrellas en busca de fenómenos paranormales. Su reconocido '¡Seguime, Chango seguime!, apareció en todas las televisiones de los hogares argentinos de los 80. Con 'El hombre que amaba los platos voladores', Diego Lerman rescata para la sección oficial del Zinemaldia una historia de misticismo, misterio y búsqueda de la verdad.
El protagonista del filme no es alguien muy conocido en la actualidad. Diego Lerman, director de 'El hombre que amaba los platos voladores', expone las razones de haberlo elegido para su película: «José de Zer es una persona casi mitológica en Argentina. La figura de José es una confluencia de factores que me parecía muy atractiva para una película. Trata también el conflicto de las 'fake news' con Notidiario, que era un show de noticias en los 80 en Argentina. Es una película de un personaje que busca y termina creyendo en lo que él mismo crea».
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Leonardo Sbaraglia, que encarna a José de Zer en la película, ha descrito también su experiencia en el rodaje: «Tenía ganas de trabajar con Diego en un guión estupendo y con una historia que habla de cosas muy originales. Del más allá, de lo que no podemos entender. Tiene esa posibilidad poética de encontrar eso que hay entre nosotros y no podemos ver. Ha sido un desafío enorme. Venía de hacer otro personaje complicado, lo que me sirvió como un gimnaso de imaginación. Con estos personajes consigo un diálogo con mi vida. Mi trabajo es mi vida y mi vida es mi trabajo. Paso la mayor parte del tiempo trabajando». Sbaraglia se ha mostrado agradecido al resto del equipo e incluso al pueblo donde se rodó la película: «No quiero olvidarme de todo el equipo, todos son unos actorazos, tampoco de la gente de Córdoba, se volcaron con nosotros. De alguna manera esta película llevó luz al pueblo de 150 habitantes donde la rodamos».
Diego Lerman ha comparado la experiencia de esta película con la anterior que rodó: «Es una película muy personal, lúdica y vital. Venía de un rodaje muy duro en pandemia y este ha sido un rodaje festivo. Cada parte era diferente, hemos intentado mezclar actores y actrices consagrados con personas del pueblo que nunca habían actuado. Me encanta hacer cine, me siento un privilegiado. El camino de José, de la película, es el de alguien que va perdiendo la cordura. El punto de vista de la película trata los límites entre ficción y realidad».
El de José de Zer es un papel de gran complejidad debido a los temas que se tratan en la película y a su carrera periodística en la realidad. Leonardo Sbaraglia ha explicado su experiencia: «Nunca me tomé el personaje como una parodia. Me tuve que creer algo del discurso de José. Temas de esoterismo, que no podemos entender. Tienes que entrar en ese juego que para nada es paródico. Son preguntas que se plantean como qué es la verdad, quién está loco, cuántos locos están en lugares muy importantes...».
Dificultades en el cine argentino
Diego Lerman admite que el apoyo de Netflix ha sido determinante para seguir adelante con la película: «Sin la ayuda de Netflix habría sido imposible rodarla, y más con las dificultades que tenemos ahora mismo en Argentina. Tenemos la sensación de que es la última que hacemos. El definanciamiento del Instituto asusta y la falta de apoyo a la cultura también. Ya no se piensa en los próximos meses o años, sino que en los siguientes días. Es un momento de incertidumbre total. No sabemos cuántas películas va a haber el año que viene, pocas seguro. Necesitamos que el Instituto del Cine siga funcionando y ahora está paralizado».
Leonardo Sbaraglia también se ha mostrado crítico con la situación que vive Argentina: «Hay gente que viajó doce horas desde el rodaje solo para votar. No hay que salvar al cine, hay que salvar a Argentina. Después de la última crisis, la cultura y el arte ha encontrado mecanismos de resistencia conmovedores. Tenemos un cine del que todos los argentinos, también el presidente, se deberían sentir orgullosos. Tristemente, la voluntad política no quiere verlo. Lo último que queríamos era hablar de política en una rueda de prensa de una película, pero se ha generado esta situación de conflicto».
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