La diplomacia de los 'Pedros': un viaje de Nueva York al Kursaal

No fue fácil: Sánchez llegó casi directo desde la Asamblea General de la ONU en Nueva York y apareció minutos antes del inicio de la gala en la alfombra roja del Kursaal acompañado de su esposa. Ahí le esperaba Almodóvar con el equipo de su película. El director llevaba todo el rato de la mano a su actriz Tilda Swinton, que también departió largo rato con el presidente. La Swinton estaba radiante, pese a la lluvia. «Soy escocesa, a mí la lluvia no me asusta», ironizó al ser entrevistada en la propia alfombra por nuestra compañera Laura Chamorro en la retransmisión en directo en la web de DV. La actriz llevaba una pegatina de 'SOS Gaza'.

Sánchez, 'guiado' por el director del Festival, José Luis Rebordinos, y por la delegada del Gobierno, Marisol Garmendia, saludó en el Kursaal a las autoridades locales: la vicelehendakari Ibone Bengoetxea, la diputada general, Eider Mendoza, y el alcalde de Donostia, Eneko Goia. Todos aplaudieron la ceremonia del premio y se quedaron a ver la película del director, 'La habitación de al lado', algo que no siempre ocurre. Tras la proyección el presidente regresó a Madrid. En las declaraciones que realizó a la entrada del auditorio Sánchez elogió la figura y la obra de Almodóvar. «Siento que hoy debía estar aquí», dijo.

La cena oficial del Zinemaldia con Almodóvar fue en el restaurante Muka, en el propio edificio del Kursaal. Seguían así las intensas horas del director, que no ha parado ni un minuto desde que llegó. El miércoles por la tarde asistió al estreno de 'Yo adicto', de su amigo Javier Giner, y al inicio de la proyección le felicitaron el cumpleaños hasta con trompeta. Luego cenó en el Zelai Txiki, en la falda de Ulia, donde celebró otra vez su aniversario, y ayer ya se empleó a fondo en entrevistas y en una rueda de prensa que fue una reivindicacion de la libertad y del cine, como su discurso de ayer. Todo el rato estuvo acompañado su hermano, Agustín Almodóvar, y el equipo de la productora El Deseo.

Pero ayer había otra intensa alfombra roja, esta vez ante el Victoria Eugenia: Monica Bellucci presentaba su documental sobre Maria Callas. Era de noche pero la actriz estuvo en todo momento parapetada tras unas grandes gafas negras, en lo que algunos interpretan como un homenaje a la diva de la ópera. En las entrevistas la actriz sí estuvo con los ojos descubiertos, amable y cordial como siempre. En su 'paseillo' estuvo acompañado de su pareja, Tim Burton, que se mantuvo en el discreto papel de consorte, sin hacer declaraciones.

Es la edición de las sorpresas: cuando pensábamos que Johnny Depp ya había dejado San Sebastián resulta que se presentó este jueves por la tarde en el hospital Donostia para visitar a los niños ingresados en las plantas de pediatría y oncología. Vestido de Jack Sparrow, el mítico personaje que interpretó en 'Piratas del Caribe', hizo felices a los chavales... y al personal del centro. Qué bueno el gesto de Depp, esa permanente caja de sorpresas.

Entramos en la recta final pero el certamen no decae. Anoche se vivía en Tabakalera una de las fiestas más glamurosas de esta edición: la que promueven Vanity Fair y Armani «en una velada de talento y belleza». Entre los invitados, actores como Miguel Ángel Silvestre, Ingrid García-Jonsson o Jaime Lorente, pero también «figuras de la vida social» como María Pombo o Feliciano López.

A la espera de los premios oficiales se suceden los otros galardones. Ane Gabarain recibe este viernes el Euskal Zinema y Ramón Agirre, el Ramón Labayen. También recibieron felices sus distinciones, de manos del consejero de Turismo, Javier Hutado, los periodistas Begoña Piña y el brasileño Rodrigo Fonseca, por su fidelidad de largos años en el Zinemaldia.