La actuación de Verdini Dantza Taldea emociona al jurado de 'The Dancer'

«Nos hemos sentido muy queridos, arropados y sobre todo bailarines, porque todos tenemos que tener derecho a las mismas ilusiones y a los mismos sueños». Este era el alegato final que realizaba Isabel, fundadora y coreógrafa de Verdini Dantza Taldea, para convencer a los jueces del programa 'The Dancer' de TVE para pasar a la final. «No pudo ser pero para nosotros el premio era actuar en televisión después de pasar varios castings», señala Isabel Verdini al otro lado del teléfono. Un dispositivo que este martes no deja de sonar y que acumuló «más de trescientos mensajes de whatsapp durante la emisión del programa el lunes por la noche».

La historia de este grupo de danza donostiarra va ligada a una promesa. La que la bailarina Isa Verdini realizó a su hermana Amaia cuando nació su sobrina Haizea, hace 26 años. La niña tenía síndrome de Down y ella dio su palabra de que se encargaría de que tuviese las mismas oportunidades y sueños que los demás.

«Nadie creía que mi compañía, que tiene ahora quince personas, iba a subirse a un escenario para bailar. Las cosas ahora han cambiado», señala Verdini. Un grupo al que los guipuzcoanos han tenido la oportunidad de ver en numerosas ocasiones entre otros escenarios en el teatro Victoria Eugenia de San Sebastián.

La participación del grupo donostiarra en el programa 'The Dancer' de TVE es un muro más que ha conseguido derribar a base de mucha entrega, trabajo y esfuerzo. «La grabación fue el 8 de marzo después de pasar una serie de casting. Sabíamos que era muy difícil llegar a la final, pero bailar en gran plató de televisión ha sido una gran experiencia para todos», destaca Isa.

El grupo bailó la canción 'Ilargia' de Ken Zazpi logrando el 75% del apoyo del público y abriendo el espejo del escenario, señal en el 'talent show' de haber pasado a la siguiente fase. «Esto no solo es danza, es amor, es ilusión », destacó el jurado formado por Rafa Méndez, Lola Índigo y Miguel Ángel Muñoz al final de la actuación.

Aunque el grupo donostiarra no pasó la siguiente ronda, el objetivo estaba cumplido. «Hemos tenido la oportunidad de dar a conocer nuestro proyecto y que otras personas puedan fijarse en nuestro espejo».

Debido al contrato de confidencialidad que habían firmado, tras la grabación del programa el 8 de marzo, han tenido que guardar el secreto y lidiar con las emociones hasta que se emitió el programa el lunes.