MONÓLOGO DE 'FLEABAG'
No me gustan los monólogos. O la mayoría de monólogos. Porque después de ver el de Phoebe Waller-Bridge, a ver quién se atreve a ... hacer semejante aseveración. Porque vaya barbaridad. Ya hemos hablado mucho de lo entretenida y lo bien construida que está la serie de la actriz y guionista británica (se puede ver en Amazon). 'Fleabag' ha sido una auténtica sorpresa y ha conseguido todos los premios posibles. No es para menos. La creadora construye una comedia en torno a una joven de treinta años con una vida personal complicada tras la muerte de su mejor amiga y debido en gran parte a su tóxica relación con su familia y con los hombres. Bajo la apariencia de ficción superficial esta producción se revela como una propuesta interesante sobre los miedos y las perturbaciones de una mujer atrapada entre lo que la sociedad le impone y lo que ella se exige. Este tipo de formatos han sido hasta ahora protagonizados y dirigidos por hombres, por lo que el punto de vista femenino es lo más novedoso y lo que más se agradece en esta ocasión. Formalmente llama la atención por la ruptura de la cuarta pared, puesto que en todo momento hace cómplice al espectador de lo que piensa y de cómo se siente.
Esto último viene heredado del monólogo del que parte la serie. Y a él vamos, porque algunos que no hemos podido verlo en Londres, donde se representa desde hace años con éxito en el Teatro Nacional, hemos tenido la oportunidad ahora gracias a una iniciativa de los cines Yelmo. Esta cadena programó en salas de toda España una grabación de la representación teatral y así pudimos comprobar la versatilidad de Waller-Bridge, su capacidad para cambiar del drama a la comedia y sus posibilidades mímicas. Durante una hora consigue mantener la atención a pesar de estar sola en el escenario y de que apenas se levante de un taburete. El problema de los monólogos es que se convierten en una historia excesivamente estirada o en una sucesión de chistes sin forma conjunta. Y sin gracia. 'Fleabag' se reivindica como un relato completo perfectamente estructurado. Había material de sobra para la serie.
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