Ni Manolo ni Rocío, Anaju
Juan Carrasco, el deleznable político encarnado por Javier Cámara, protesta porque ya no quedan calvos en política (salvo en los apellidos de las vicepresidentas recién ... designadas). Y, a decir verdad, los dirigentes de los principales partidos lucen pelazo. De Sánchez a Casado, pasando por Iglesias. Atrás quedan los tiempos de Duran i Lleida y Anasagasti. Tampoco deben de quedar cantantes que se llamen Manolo, Pedro o Rocío. O eso se deduce al revisar el listado de participantes del nuevo 'Operación Triunfo', que TVE presentó el domingo después de haber dado un tiempo de descanso al formato. Hay una Nia, un Nick, un Flavio, una Anaju y un Javy. Este último con 'y' final, no vaya a ser que con una 'i' como toda la vida le cerrasen las puertas de la Academia.
En el programa de enfrente, en Telecinco (lo que antes era 'Gran Hermano' y ahora es 'Gran Hermano' pero con otro nombre), figuran una Adara, un Gianmarco, un Joao y otro al que llaman El Cejas. Este podría ser un personaje de Delibes, como el Moñigo, el Mochuelo o el Tiñoso, pero no lo es. Participó en 'Got Talent' y su prosa dice frases como esta: «A ver chati tiene novio, donde está que le meto dos placas que lo noqueo». En el primer 'GH' (el de 'quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza') había un Jorge, una María José, una Silvia y un Ismael. Ahora en los 'realitys' se imponen denominaciones más estrambóticas, supongo que para que el personal se quede al menos con el nombre. En la 'Isla de las tentaciones' (lo de Mónica Naranjo) han fichado a un Cristofer, una Fiama, una Rochu, un Jusseth, un Bryan, un Dayanel y un Joy. Variadito.
Los tiempos cambian, al menos en cuanto a apodos y cabellos. Para otras cuestiones, el inmovilismo es patente, por más que los 'shares' se desangren. Solo hay que echar un vistazo a las parrillas, que reinciden en los mismos 'talents' y 'realitys'. Pero las cifras ya no se parecen a las de antes. 'OT' se ha estrenado con su dato de audiencia lineal más bajo y a 'MasterChef' tanta edición seguida tampoco le sienta demasiado bien, al menos en la versión infantil.
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