El tapado del Dream Team da la sorpresa en El Conquistador de RTVE

El Conquistador de RTVE no se lo puso fácil, pero Miguel Oury fue fiel a sí mismo. El concursante de Castellón, que de primeras llegaba a la aventura con un perfil bajo y discreto, lo dio todo durante la gran final del reality de aventuras: tiró de fuerza, perspicacia y fortaleza mental y fue alcanzando una a una las cuatro banderas. Y fue entonces, al recoger la última en juego, cuando se relajó y tomó un respiro, casi ya sin fuerzas para continuar. «¿Y ahora qué hago?», preguntó extenuado, mientras veía cómo la vizcaína Joana hacía lo imposible para llegar a su altura. «¡Hay que coger la bandera, finalistas. Hay que coger la bandera. Es el símbolo de la victoria!, gritó Julian Iantzi.

El gemelo, opositor a bombero, no se lo pensó dos veces: realizó un último esfuerzo, subió a lo alto y ondeó la preciada bandera del reality de aventuras. Era la señal de la victoria en El Conquistador, el símbolo del triunfo del concursante más completo de la aventura. El más calculador, el más inteligente, el más inteligente. La gloria era para el cuarto en discordia del Dream Team y, cómo no, no se olvidó de sus compañeros Yocahu cuando llegó el turno de agradecimientos: su gemelo Daniel, Gorka y David Seco. «Por mí, por mi familia, por mis amigos», gritó pleno de satisfacción ondeando la bandera del reality de aventuras. «Si alguien se merece ganar esta final es Miguel, por todo lo que ha sufrido. Es el Yocahu que lleva el legado 100% del equipo. Se lo merece. Es el que más preparado está», avanzó su excapitán Cesc Escolá en el debate previo. No pudo estar más acertado en su predicción.

Miguel Oury vivió una final soñada en el reality de aventuras de RTVE, presentado por Julian Iantzi y Raquel Sánchez Silva. Eso sí, no lo tuvo fácil, nada fácil. Y es que la organización de El Conquistador les tenía reservados un último desafío de altura, con una exigencia máxima y sólo apto para los más completos, no para los más fuertes ni los más ágiles… Y es que tras saltar desde un helicóptero, los siete finalistas (Miguel, Joana, Chase, Euxebi, Azo, Agustín y Mati) debían nadar hasta la playa y demostrar que eran capaces de orientarse con una simple brújula. El reto era mayúsculo pero había más: después les esperaba una exigente ascensión por una escala suspendida, antes de encarar una nueva ascensión, pero esta vez demostrando su habilidad con el yumar en un recorrido de… 80 metros. Palabras mayores para los grandes aspirantes a los 100.000 euros.

La primera parada de la final de El Conquistador de RTVE ue el salto desde el helicóptero, que despertó los miedos ocultos de algunos y las ganas de soltar adrenalina de otros. Pese a ello, todos los aventureros alcanzaron la playa con igual suerte… excepto Mati, que se perdió por el camino y tiró por tierra todas sus opciones de victoria. Eso sí, el segundo banderín no estaba tan a mano, y la capacidad de orientación sirvió de filtro entre los grandes candidatos y simples aspirantes. Y es que una simple brújula acabó sentenciando las opciones de más de uno.

Los más perjudicados fueron, sin duda, Azo y Euxebi, incapaces de orientarse brújula en mano. El de Tolosa no daba crédito a lo que veía porque tenía plena confianza en sus posibilidades, pero la prueba le devolvió a la realidad: «He ido como pollo sin cabeza, la vista no ha ido tan bien», se justificó después, impotente. Agustín, por su parte, a duras penas tiraba de ingenio para dar con la suya, al tiempo que Mati perdía los nervios en el agua. No había nada que hacer: la orientación no era su fuerte y lo pagó muy caro.

El gemelo Oury siguió a lo suyo, sin prisa, pero sin pausa. Y tras ser, de largo, el primero en dar con la segunda bandera brújula en mano, comenzó la ascensión de 30 metros que le deparaba la escala. Minutos después hacía lo propio Joana, la única superviviente Atabey de la final de El Conquistador. Y ya mucho después, el propio Chase, casi ya sin opciones pero con la ligera esperanza de que los astros se alinearan a su favor. No tuvo esa suerte, porque para cuando él alcanzó la escala, Miguel ya había completado la mitad del reto del yumar. La única que podía hacer frente al de Castellón era Joana, una auténtica valiente que volvió a dar una lección de humildad y fortaleza mental durante la final.

Todo apuntaba a que la final del reality de aventuras presentado por Julian Iantzi y Raquel Sánchez Silva ya tenía dueño. Pero nada más lejos de la realidad. Y eso que para cuando Joana inició la ascensión tenía a Miguel ya a un paso de la gloria.Sin embargo, la vizcaina -fiel a sí misma- no se arredró y comenzó a ascender con una gran agilidad, haciendo pequeños altos en el camino pero tirando de pundonor para no bajar los brazos. Y fue eso precisamente lo que le permitió remontar muy rápidamente, tanto que a punto estuvo de quitarle la gloria al concursante de Castellón, que llegó a la cima desfondado.

Miguel ganó El Conquistador, sí, pero lo hizo por un suspiro. El exconcursante Yocahu no tuvo reparos en reconocerlo tras la felicitación de la vizcaína. «Pensaba que me pillabas, he tenido que apretar un montón», se sinceró. Sus emocionadas palabras a Raquel Sánchez Silva no hicieron sino confirmar la dureza extrema que había padecido durante el desafío: «Estoy muy cansado y muy emocionado. Pienso en mi hermano, en mis amigos... Ostras, qué duro ha sido». Y seguidamente, alzó la bandera de El Conquistador, con fuerza, con emoción y con todo merecimiento.

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