El más listo de la clase en El Conquistador de RTVE

El Conquistador de RTVE puso punto y final a su aventura. Lo hizo a lo grande, con un desafío final que puso al límite las fuerzas de los siete aspirantes a la bandera en este reality presentado por Julian Iantzi y Raquel Sánchez Silva. El reto al que se enfrentaron Miguel, Joana, Chase, Euxebi, Azo, Agustín y Mati era mayúsculo, pero acabó llevándoselo el concursante más completo: Miguel, uno de los gemelos del equipo Yocahu. Eso sí, no lo tuvo nada fácil porque el pundonor de Joana estuvo a punto de darle un susto en la ascensión final con el yumar. El concursante de Castellón logró la victoria, sí, pero por un suspiro.

Eso sí, la final del reality de aventuras estuvo marcada por momentos para el recuerdo. Es el caso del salto al agua desde un helicóptero del ejército de República Dominicana, experiencia que algunos aspirantes a El Conquistador afrontaban con ciertos recelos (caso de Mati) y otros con menos precauciones. Sea como fuere, casi todos al final lo hicieron con un gran respeto en vista de las palabras que pronunció el responsable del escuadrón de búsqueda y rescate de las fuerzas aéreas del país centroamericano.

«Vamos a dar un briefing de lo que van a hacer ustedes, cómo se acercan a la aeronave, cómo salen y cómo van a saltar. Antes de eso, esto es un papel de descargo de responsabilidad. Cada uno la va leer y la va a firmar», afirmó. Y el miedo le entró en el cuerpo a más de uno en vista de que el informe exoneraba a las fuerzas aéreas de responsabilidad alguna ante cualquier circunstancia. «Espero no matarme en este salto», confesaba Euxebi, al tiempo que Miguel reconocía no verlo nada claro: «Desde fuera está más guapo, ahora estoy cagado», reconoció. Pero, siguiendo la línea de Mati («Todo por el Conquis»), todos firmaron y saltaron. Qué remedio. Por suerte, no hubo que lamentar contratiempos.

Otro de los momentos más llamativos de la final fue la llegada a la playa. Y es que los siete finalistas alcanzaron la costa tras nadar cerca de 200 metros. Todos… menos Mati. ¿Dónde estaba el balear? Al parecer, el miembro del equipo Corocote no había caído en la cuenta de que había que recoger la primera bandera en la arena antes de ponerse manos a la obra con el reto de orientación, brújula en mano. Y se desmarcó del resto, vagando por las rocas próximas al acantilado, sin rumbo. «Mati, ¿a dónde vas? Venga, hay que estar atento. No hay nada perdido», le reprendió en un momento dado Julian Iantzi, mientras el resto seguía en busca de la segunda bandera.

«Pensaba que tenía que encontrar la primera bandera en el agua», se justificó resignado. Pero fue llegar a la arena y entrar al agua otra vez sin recoger el estandarte. «De verdad que soy tonto», se percató poco después. Y volvió a la playa. «Mati, céntrate, resetea. Y hazlo bien. ¿Tienes el rumbo claro? Hay tiempo, aún hay tiempo», le animó el presentador de Lesaka. Tras la final de El Conquistador, el concursante balear reconoció lo que era un secreto a voces. «¿Cómo voy a encontrar el segundo banderín si no encontraba a Julian (Iantzi)? La orientación es mi punto débil», afirmó con buen talante.

La prueba de orientación en busca del segundo banderín fue clave en el devenir de la gran final de El Conquistador. Y muchos de los concursantes tuvieron que claudicar ante su falta de orientación, caso de Euxebi o Azo. Uno de los que parecía que no daba con la tecla era Agustín. pero el exmiembro Yocahu no cesó en su empeño. Por ello, tiró de picaresca, una vez más, y pidió ayuda haciéndose el despistado: «¿Qué rumbo tienes tú?», le preguntó a Mati con la intención de facilitar su propia posición. Este se la dio y con ella Agustín ya corrigió su rumbo. Así lo desveló poco después de la final, sonriente. «Tenía un contra-rumbo 2.37, hacia el norte, con una inclinación de 57 grados hacia el este. Pero una vez ahí dentro… He visto una bandera verde, y sabía que era de mi amigo Matías. Por ello, le he preguntado por su rumbo: 2.48. Bueno, pues la mía tenía que estar diez grados más al norte. Y ahí estaba», reconoció.

Poco después despertó las risas de sus compañeros cuando se sinceró completamente: había ocultado a Mati la posición de su estandarte. «He metido la brújula dentro del agua y tenía el rumbo perdido .Y he visto un banderín verde (el de Mati). Me lo he callado y he ido corriendo a donde él para preguntarle por el suyo. Y le he dicho: 'Mati, yo no sé el tuyo dónde está', se justificó. Agustín fue el más listo de la clase en la final de El Conquistador, aunque de poco le sirvió.

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