La socia de Eliseo Gil asegura que los grafitos del euskera y el cristianismo hallados en Iruña-Veleia son auténticos
Idoia Filloy, que no está procesada, defiende la labor del principal acusado. «De saber de esta lupa judicial, hubiéramos cambiado el protocolo de recogida», ha afirmado en la segunda sesión del juicio
david rodríguez y Sergio carracedo
Martes, 4 de febrero 2020, 15:27
Balón de oxígeno para Eliseo Gil en la segunda jornada del juicio por la supuesta falsificación de 476 fragmentos con inscripciones revolucionarias, halladas entre ... 2005 y 2006 en el yacimiento de Iruña-Veleia. Las tres testigos convocadas, todas del círculo de confianza del arqueólogo y principal encausado, no apreciaron ninguna irregularidad durante el tiempo que coincidieron en la excavación de la antigua ciudad romana, localizada a diez kilómetros de Vitoria.
La principal testigo del día fue la arqueóloga Idoia Filloy. Expareja de Eliseo Gil, también es su socia en la empresa Lurmen, firma adjudicataria del yacimiento hasta 2009, cuando la Diputación de Álava abortó el contrato y les llevó a los tribunales. Pese a ejercer de codirectora nunca ha sido procesada. Ni por la Fiscalía de Álava ni por la Administración foral, propietaria del terreno donde aparecieron los 476 «grafitos extraordinarios» de los siglos III a V. Entre ellos, el primer calvario cristiano conocido o un jeroglífico egipcio.
Eliseo Gil está acusado de un presunto delito continuado sobre el patrimonio histórico y otro de estafa. Los supuestos descubrimientos arqueológicos bajo su dirección adelantaron 600 años las primeras palabras escritas en euskera, aparte de situarlo en Álava. Hubo más revelaciones increíbles, rechazadas por la mayoría de la comunidad científica. El segundo procesado, el 'físico' Rubén Cerdán, esquivó el lunes cualquier responsabilidad en el supuesto engaño.
Declaró Idoia Filloy durante más de tres horas en las que jamás puso en tela de juicio la autenticidad de los grafitos en entredicho. Su único reproche, al menos en esta comparecencia ante el Juzgado de lo Penal número 1 de Vitoria, fue reconocer que «de saber de esta lupa judicial, hubiéramos cambiado el protocolo de recogida». Y es que, a pesar de prodigarse en toda clase de detalles para contabilizar los hallazgos -incluso ayudada por una filminas-, solo supo dar dos nombres de las personas que los extrajeron a pie de excavación.
El día anterior, el propio Eliseo Gil, explicó que «el 22%» de estas piezas nunca antes vistas se localizaron sobre el terreno y el restante «78%» al lavar las piezas. Algunas tras pasar casi un año en un almacén de Iruña-Veleia. Al principio de la investigación, iniciada hace once años, el exdirector del yacimiento alegó que todos los grafitos se obtuvieron en la segunda fase.
La Fiscalía y la acusación particular, en consonancia con la comunidad científica, creen que se trata de piezas antiguas sin valor arqueológico y que fueron manipuladas una vez extraídas. Filloy, sin embargo, ha defendido en todo momento el trabajo realizado en Iruña-Veleia también bajo su supervisión.
«Nadie los puso en duda»
En 2002, Euskotren firmó con Lurmen un contrato por diez años, por un montante total de 5,1 millones de euros,. A pesar de semejante inyección monetaria, Filloy aseguró este martes que su patrón «no nos presionó» para obtener grandes réditos de las excavaciones. «El objetivo de intervenir en todos los antiguos sectores fue porque el yacimiento estaba casi en abandono. No era encontrar grafitos, pero la arqueología te da sorpresas», contó a la sala, presidida por Isabel María Díez-Pardo.
De esa tarea, iniciada en 2002, «inventaríamos 24.000 evidencias» que comprenderían desde el siglo III al V. 476 parecían destinadas a modificar las bases del origen escrito del euskera y del cristianismo. Incluso se hallaron referencias a un ciudadano egipcio. Filloy no recordó crítica alguna a su labor, o a la de su socio, en Iruña-Veleia. Hasta dio una lista de expertos a los que acudieron, entre 2005 y 2006, para cotejar los primeros descubrimientos. «Nadie los puso en duda», aseveró.
«El objetivo no era encontrar grafitos, pero la arqueología te da sorpresas»
«Inventaríamos 24.000 evidencias» que comprenderían desde el siglo III al V»
Sin embargo, especialistas de la Universidad de Cantabria ya dieron por aquel entonces la voz de alarma. También varios arqueólogos alaveses. O tres antiguos colaboradores que abandonaron el yacimiento en 2007 al observar «anomalías e irregularidades».
Esta terna crítica la componen los expertos Apellániz, Berjón y Crespo. Hoy declararán. Sobre ellos, la socia de Eliseo Gil se limitó a decir que «solo Apellániz manifestó en una ocasión que le sorprendió una imagen de un elefante en un grafito. No hacía falta ver un elefante de verdad, aparte de que la gente viajaba. Simplemente manifestó su sorpresa, pero no puso en duda nada».
Eliseo Gil, director de Iruña-Veleia de 1994 a 2008, se expone a una petición fiscal de cinco años y medio. Hasta siete y medio sube la acusación particular. Para Cerdán, que ha perdido buena parte del interés de la acusación, solicitan dos años y medio. El tercer procesado, Óscar Escribano asumió el lunes su autoría en la falsificación de una pieza arqueológica a cambio de una condena simbólica.
Filloy, sin embargo, ha defendido en todo momento el trabajo realizado en Iruña-Veleia también bajo su supervisión. En 2002, Euskotren les firmó un contrato de diez años, por un montante total de 5,1 millones de euros, para reactivar este yacimiento. A pesar de semejante inyección monetaria, ha asegurado esta testigo, la sociedad pública «no nos presionó» para obtener grandes réditos de las excavaciones. «El objetivo de intervenir en todos los antiguos sectores fue porque el yacimiento estaba casi en abandono. No era encontrar grafitos, pero la arqueología te da sorpresas», ha contado a la sala.
«No sé de dónde salen»
De esa tarea, iniciada en 2002, «inventaríamos 24.000 evidencias» que comprenderían desde el siglo III al V. 476 iban a revolucionar lo conocido hasta entonces sobre el euskera y el cristianismo. Incluso se hallaron referencias a un ciudadano egipcio. Filloy ha sorprendido al responder que «desconozco de dónde sale (en referencia a la acusación) que hay 476 grafitos excepcionales».
La comparecencia se ha alargado más de tres horas y, por momentos, ha resultado farragosa debido a los tecnicismos utilizados por Filloy. Ha rechazado haber sufrido críticas por su trabajo o el de su colega Gil. En este sentido, ha referido una supuesta lista de expertos a la que acudieron entre 2005 y 2006 para cotejar los primeros descubrimientos. «Nadie los puso en duda», ha dicho. Sin embargo, especialistas de la Universidad de Cantabria ya dieron entonces la voz de alarma.
Tampoco ha dado importancia a que tres de sus más estrechos colaboradores -Apellániz, Berjón y Crespo- optaron por aquel entonces por abandonar el proyecto. «Solo Apellániz manifestó en una ocasión que le sorprendió una imagen de un elefante. No hacía falta ver un elefante de verdad, aparte de que la gente viajaba. Simplemente manifestó su sorpresa, pero no puso en duda nada».
Eliseo Gil, director de Iruña-Veleia de 1994 a 2008, se expone a una petición fiscal de cinco años y medio. Hasta siete y medio sube la acusación particular. Para Cerdán, que ha perdido buena parte del interés de la acusación, solicitan dos años y medio. El tercer procesado, Óscar Escribano asumió el lunes su autoría en la falsificación de una pieza arqueológica a cambio de una condena simbólica.
Este miércoles declaran los tres arqueólogos que dejaron el proyecto
Hoy declararán en calidad de testigos los tres arqueólogos profesionales que trabajaron para Lurmen y que dejaron la excavación a principios de 2007. Su salida del yacimiento se produjo en el momento de máximo esplendor, tras los deslumbrantes hallazgos de inscripciones que despertaron el interés internacional. También testificará José Manuel Tarriño, miembro del equipo de arqueólogos de Iruña-Veleia.
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