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Una reforma ineludible para un teatro del siglo XXI
El proyecto permitirá trabajar con más rapidez, eficiencia, mejores recursos y más seguridad para los operarios del teatro
Desde la entidad municipal donostiarra, ya se ha comenzado a contactar con el resto de las instituciones para cerrar una financiación que previsiblemente esta vez ... será compartida. Se trata de una operación más importante que urgente, señala el director de Donostia Kultura, Jaime Otamendi. «Sin ninguna duda, el Victoria Eugenia aún puede seguir en funcionamiento, pero llegará un momento en el que habrá que acometer esta reforma porque incluso las leyes europeas de seguridad laboral lo acabarán exigiendo. Es una actualización que hay que hacer 'sí o sí' para garantizar el futuro del teatro».
El proceso comenzó con la elaboración del anteproyecto, siguió con la posterior redacción del proyecto y del plan de ejecución. Los responsables de Donostia Kultura convocaron un concurso para el diseño del plan de reforma, al que se presentaron tres firmas de ingeniería. La elegida fue la consultoría escénica barcelonesa Gobelin Projectes.
Otamendi explica que será «una vez que contemos con la financiación, cuando toque sacar otro concurso para licitar la obra». Y añade que a partir de ahí, «habría que tomar una decisión de ciudad para ver cuál sería el mejor momento para cerrar el teatro y acometer la obra, además de decidir a dónde se traslada durante esos seis meses toda la programación que habitualmente se realiza aquí». Y adelanta que todo esto «llevará tiempo». Por el momento, los contactos con el resto de instituciones han corrido a cargo del hasta ahora concejal delegado de Cultura, Jon Insausti, alcalde de la ciudad desde este pasado mes de octubre.
Treinta años con la misma maquinaria
Asegura Abanda que «tras más de veinticinco años es hora de mirar hacia el futuro y actualizar la maquinaria superior de la tramoya. El objetivo es buscar más eficiencia, rapidez, recursos y seguridad en el trabajo, de forma que dejemos el teatro preparado para los siguientes cincuenta años».
A su juicio, no se trata de una reforma necesariamente inmediata, pero sí obligada en el tiempo. «Hemos pasado treinta años largos con esta maquinaria y es hora de afrontar su actualización». Jaime Otamendi, por su parte, concluye que «este teatro es un patrimonio importante de la ciudad y tras la puesta a punto de las fachadas de arenisca, el siguiente paso es esta reforma para que sea un teatro preparado para el futuro», concluye el director de Donostia Kultura, Jaime Otamendi.
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