Xabier Agote: «Pasaia va a ser una pasarela de moda de embarcaciones de madera bellísimas»

Ha tardado dos años más de lo previsto, pero la segunda edición del Pasaia Itsas Festibala ya está aquí. A partir del jueves, 165 barcos tradicionales de madera desfilarán por la bocana para abrir una programación repleta de actividades relacionadas con el patrimonio marítimo.

– Han pasado cuatro años desde la primera edición del Pasaia Itsas Festibala. ¿Qué objetivos se fijaron cuando lo crearon?

– Teníamos dos motivos conceptuales que se siguen manteniendo. Uno de ellos es celebrar la excepcional historia marítima de Pasaia, intentamos darla a conocer. No hay que olvidar que este fue el principal puerto de donde partían a Terranova; también albergó en el siglo XVI los primeros astilleros reales donde se hacían galeones espectaculares; fue el puerto de la Real Compañía Guipuzcoana de Navegación a Caracas, probablemente la mayor empresa de Europa en el siglo XVIII... Ese pasado se ha olvidado y queremos revitalizarlo. Por otro lado, queremos reivindicar todo el trabajo que hemos hecho de la mano del Ayuntamiento y de la Agencia de Desarrollo Oarsoaldea para recuperar ese pasado. Lo hacemos a través de Albaola, un proyecto para la recuperación patrimonial de la memoria histórica marítima de Pasaia y del País Vasco. A día de hoy este municipio es el principal referente de ese patrimonio marítimo vasco en todo el litoral.

– ¿Cómo surgió la idea del festival?

– Desde 1999 hemos sido participantes asiduos de un montón de festivales marítimos con las pequeñas embarcaciones que construíamos en el local Untziola que teníamos en San Juan. Hemos conocido diferentes modelos y aprendiendo, al mismo tiempo que nos dábamos a conocer. Pasaron casi veinte años hasta que pudimos celebrar nuestra primera edición porque éramos conscientes de que hacía falta un recorrido. Todos los que vienen lo hacen atraídos por el perfil que tiene Pasaia como puerto que apuesta por el patrimonio marítimo. Muchos con embarcaciones históricas también vienen para corresponder nuestra presencia en sus festivales. Estamos cosechando el fruto de todos esos años de inversión. Son dos celebraciones, el pasado y el presente.

– La primera edición fue un bombazo. ¿Se lo esperaban?

– Esa es la palabra, bombazo, y eso que organizar un festival de estas características es muy complejo. Reunimos 115 barcos, una pasada, a pesar de que nuestra localización geográfica es bastante más complicada que otras donde se suelen organizar este tipo de eventos. Hay que venir expresamente. Y para esta edición contamos con 50 embarcaciones más. Sinceramente, pensaba que iban a ser menos. Así que todo parece indicar que vamos a tener un éxito, al menos, similar. Hemos pasado una pandemia que ha afectado económicamente a muchas de las asociaciones propietarias de las embarcaciones que son costosas de mantener. En esa primera edición contamos con un barco grande y espectacular, el 'Kaskelot', porque 'L'Hermione' llegó tarde. En esta ocasión son cinco. Solo falta que el tiempo nos acompañe, salga el sol y haya un poco de brisa en el canal para que las velas se hinchen. Aquí no se puede disfrutar de la navegación porque hay poco espacio, pero se tiene la ventaja de que el propietario de cada barco puede enseñarlo con mucho orgullo a una multitud de gente que está muy cerca. Va a ser como una pasarela de moda de embarcaciones de madera bellísimas.

– La pandemia obligó en 2020 a retrasar la segunda edición que se celebra ahora.

– Cuando preparamos la primera edición no sabíamos si iba a tener continuidad porque carecíamos de referentes cercanos para saber si iba a ser un éxito. Suponíamos que sí y por eso nos lanzamos. Se superaron todas las expectativas y nos quedamos alucinados. El ambiente era como de familia. No hubo ningún incidente y eso que tuvimos 125.000 personas, una prueba de civismo social que hay que tener en cuenta. Nos animamos a preparar la segunda para dos años después y llegó la pandemia. Fue un palo, pero afortunadamente aquí estamos ahora.

– Se ha calculado que en la pasada edición por cada euro invertido en el festival revirtieron 3,6. Otro motivo para que tenga continuidad.

– Es muy importante. Este festival nace del proyecto de la factoría Albaola, con el apoyo del Ayuntamiento, y en ambos casos uno de los objetivos es el desarrollo socioeconómico de la zona. Fernando Nebreda, que es el gerente de Oarsoaldea, es el primer responsable de que este proyecto se desarrolle aquí porque buscaba acciones tractoras que impulsaran la economía.

– Este año amplían las actividades a Antxo.

– Pasaia tiene una idiosincrasia un tanto peculiar, con cuatro distritos separados, lo que complica la organización. La alcaldesa Izaskun Gómez insistió un montón en que había que incluir a Antxo en el programa. Es verdad que lo más interesante está en San Pedro por las características de un festival que necesita muelles de atraque. Se podría hacer en Antxo, pero no tiene acceso público.

– ¿Contemplaron no permitir que el ruso 'Shtandart' se inscribiera?

– No, nunca. Siempre hemos estado a favor de que ese barco participara. En 2020 le pedimos expresamente que viniera. El problema era que, con la guerra en Ucrania, no sabíamos si la Administración iba a permitir que atracara aquí. Nosotros estábamos interesados en que sí lo hiciera. Conocemos el barco y sus objetivos. Es una embarcación privada de Vladimir Martus, su constructor y capitán. Desde hace más de veinte años ha navegado promoviendo los valores de la convivencia y la cultura. Está vetado desde hace diez años en Rusia porque su propietario se ha opuesto públicamente a Putin. La Administración, que es bastante rígida, no contempla estos casos excepcionales. La Capitanía de Pasaia y la Autoridad Portuaria intercedieron ante el ministerio y finalmente nos dieron los permisos. Ahora, un poco tarde porque no sabíamos si iba a venir, estamos elaborando una programación especial dentro del barco con agentes que están trabajando en nuestro territorio con proyectos relacionados con el humanismo como Zaporeak, 'Aita Mari' o la Asociación Bidasoa que ayuda a los inmigrantes.

– ¿Las embarcaciones que no tienen amarre en la bocana van a poder acompañar a los barcos que llegan?

– No, solo aquellos que tengan interés patrimonial y se hayan inscrito. Queremos dejar sitio a los barcos patrimoniales, no queremos que los barcos ordinarios tengan una posición privilegiada y pueden estar navegando al lado de esos barcos preciosos que van a llegar porque van a contaminar la imagen. Los barcos de madera requieren mucho trabajo mantenerlos, son elementos delicados y no merecen ser eclipsados. Los cuatro días son para ellos.

– ¿Qué papel va a jugar la figura de Elkano?

– Obviamente va a ser puesto en valor. La efeméride de los quinientos años de dar la vuelta al mundo, el mayor hito geográfico en la historia de la humanidad en la Tierra, es muy importante. En el mundo no lo conocen, está eclipsado por Magallanes. Nosotros estamos muy orgullosos de Juan Sebastián Elcano. Hay películas, teatro y una exposición que con el patache que hemos construido vamos a llevarla por el litoral vasco para crear una conexión con la representación del desembarco de Getaria del 6 de septiembre.

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