La Nao Santa María ya está en Donostia: «Te teletransporta a la época de Colón»
La réplica del histórico navío de Colón atracó junto al Museo Marítimo bajo la mirada curiosa de decenas de donostiarras
Entre el brillo dorado del sol y el reflejo de las olas, a lo lejos en la bahía de La Concha se podía divisar la ... silueta majestuosa de la réplica de la Nao Santa María -una de las embarcaciones más célebres de la historia- avanzando lentamente hacia el puerto de San Sebastián.
El día se sentía veraniego en la capital guipuzcoana, no se apreciaba ni una nube en el cielo, la bahía se encontraba despejada y preparada ante la llegada de la replica del navío con el que Cristobal Colón llegó a América. La luz bañaba la madera oscura del casco, creando una escena que parecía arrancada de otro siglo.
Su aparición fue antes de lo esperado, debido a las buenas condiciones del mar. La llegada al puerto tuvo lugar pasadas las cuatro y media de la tarde, donde solo unos pocos tuvieron el privilegio de verlo atracar, no obstante, ante su llegada decenas de vecinos y turistas se congregaron en el muelle para presenciar el momento.
El sonido de los cabos tensandose y las órdenes de la tripulación rompían el silencio del puerto. A cada metro ganado hacia el muelle, el entusiasmo del público crecía. Los tripulantes entre sonrisas saludaban desde la cubierta, mientras otros se preparaban para el atraque. Volvían a casa «después de un año de travesía», comentaba un tripulante mientras se disponía a bajar del barco.
El barco quedó finalmente amarrado junto al Museo Marítimo, con sus velas plegadas y la bandera ondeando en la popa. Durante unos instantes, todos los asistentes se quedaron quietos, observando en silencio esa embarcación, haciéndolos «teletransportarse a la época de Colón» comentaba Txaro junto a su marido, ambos con cara de admiración.
Algunos aprovechaban para retratar el momento mediante fotos y vídeos, con su móvil en mano mientras se acercaban lo máximo posible a las inmediaciones de la Nao, intentando tocarla. «Esta chula», se escuchaba entre el murmullo de los asistentes.
Aunque la Nao Santa María es una réplica exacta de la original, Desiré, una de las tripulantes, comenta que lo que más le impresiona a la gente cuando la ve por primera vez es su tamaño, pues se esperan que sea mucho más grande. Esto comentaba Iker, un joven donostiarra que se había acercado hasta el museo solo para poder verla en persona, «es un poco más pequeña de lo que me la imaginaba, no sé cómo pudieron llegar al San Salvador». Además añade que es muy bonito poder «ver una réplica de lo que fue una parte de la historia»
Su llegada marca el inicio de una breve estancia en la bahía donostiarra, donde permanecerá unos días antes de continuar su ruta. Pero más allá del calendario, esta tarde San Sebastián revivió, aunque solo por un momento, el eco de las grandes travesías del pasado.
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