«Puede parecer contradictorio, pero estoy tocando más que nunca»

Los cinco temas del álbum abarcan ritmos como el folk, el pop, los sonidos de baja fidelidad y los beats electrónicos, siempre enmarcados en ambientes «oscuros y sinceros, con una producción muy cuidada». «Con influencias desde Daughter a Billie Eilish, pasando por Alice Wonder, Anari o Toe, la donostiarra cautiva con su intimismo y con una voz que conecta con nuestro interior», aseguran los organizadores.

Como recuerdan desde el Dabadaba, Sara Zozaya «tiene una curiosidad musical sin límites y es capaz de llegar al alma de las personas a través de sus creaciones íntimas, con nostalgia y una mezcla de estilos vanguardistas con otros sonidos». «Pop, folk, electrónica, tradición vasca… No entiende de etiquetas, las combina todas bajo el mismo paraguas y en el camino crea un tesoro muy especial», afirman.

Zozaya comenzó en la música tocando el acordeón. Alguna vez ha citado a Piazzolla como uno de los compositores a los que interpretaba cuando era una niña, hasta que a los 12 años se pasó a la guitarra y a los teclados para tocar sus propias canciones. Su primer trabajo en solitario, 'III' (2018), le dio a conocer y le ayudo a empredner un camino basado en «crear oportunidades» para mostrar su trabajo.

«He hecho elecciones que me daban miedo o pereza y es así como ha venido la transformación. Ejemplo de ello es la participación en Rockein, un concurso al que casi llegué a renunciar. Al final gané el primer premio y eso me permitió financiar la creación del segundo '(I)'», añade la artista, que grabó el trabajo con Jon Agirrezabalaga (WAS) en su estudio El Tigre de Bilbao: «Me dio vía libre y ha creado el sonido tan especial del EP, que tiene la misma esencia que 'III' «pero está sujeto por elementos que le dan una fuerza y carácter más definidas».

Hay elementos como el chelo de Itxaso Navarro que pueden recordar al primer EP, pero en general, el sonido es más sofisticado y contemporáneo. Tres temas son en euskera -el primer single ('Bat'), una pieza en la que Benito Lertxundi recita un texto ('Benetan') y otra en la que Sara procesa su voz con recursos electrónicos ('lili')-, mientras que los otros dos son en castellano ('Alien') y en inglés ('Owltro').

Sara Zozaya fue lanzando las canciones del disco durante el confinamiento y aprovechó las vengajas del mismo, pues según reconoce, «parar» le permitió disponer de más «tiempo y calma» para trabajar la comunicación digital y hacer que las canciones llegaran a más gente. «Estoy contenta porque creo que las canciones han tenido mayor difusión y desde que en junio se levantaron parcialmente las restricciones, eso me ha brindado la posibilidad de hacer más conciertos. De hecho, igual es el momento en que más trabajo estoy teniendo, lo cual es contradictorio con el contexto que vive el sector. No sé si es por el tipo de música que hago, pero sí he tenido cabida en los huecos que han ido surgiendo», admite.

Después de un último medio año bastante movido, Zozaya siente que cierra una etapa y se enfrenta al final de un ciclo. «Me da la sensación de que igual todo lo que venga a partir de ahora quedará marcado por el confinamiento y estas canciones. Tengo muchas ganas de trabajar ya en el siguiente disco, tengo nuevas canciones y colaboraciones potentes que pronto verán la luz. Hay muchas cosas por hacer y todas tienen coherencia con lo que he hecho hasta ahora. Estoy contenta con eso y con el grupo que he formado: estoy trabajando con buena gente, en lo profesional y en lo personal, y precisamente creo que eso es lo que ha dado un empujón al proyecto y ha hecho posible que yo esté tocando bastante en una situación tan mala», asevera.