La magia del cuarteto abraza la Quincena
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El festival reúne esta edición a tres conjuntos españoles de referencia en una apuesta por la música más pura y exquisita: la escrita para cuarteto de cuerdaAlgo tendrá el cuarteto de cuerda para que los grandes compositores escriban para él. Cuatro instrumentos –dos violines, viola y violonchelo–, construidos en madera y ... con un total de 16 cuerdas, unidos para transmitir juntos páginas musicales inolvidables. Este año confluyen en Donostia tres conjuntos españoles destacados a nivel internacional: el Cuarteto Quiroga, que abrió el ciclo de Música de Cámara el día 2 en San Telmo, el Casals, que actuará en el mismo espacio el próximo 21 y el Gerhard, que estará el 24 en Labastida, cerrando la Quincena Andante en Araba.
El Cuarteto Quiroga ha sido el más madrugador de esta edición. Creado en 2003, es Premio Nacional de Música 2018 y ha sido galardonado en los concursos internacionales más importantes, además de ser habitual de las salas más destacadas del circuito mundial. Más longeva es la vida del Cuarteto Casals, Premio Nacional de Música en 2006 y premiado en prestigiosos certámenes. Formado en 1997 en la Escuela Superior de Música Reina Sofía, actúa en las mejores salas y festivales del mundo. El Cuarteto Gerhard, que completa el abanico de conjuntos que actúa este año en la Quincena, es el de más joven. Nació en 2010 y desde entonces se ha presentado en escenarios relevantes y ha conseguido también varios premios.
«El cuarteto de cuerda es un diálogo entre cuatro iguales, cada uno con su propia voz, pero con una mirada colectiva»
Para todos ellos el hecho de tocar en un cuarteto de cuerda es, según explica el Casals, «algo realmente especial, casi utópico. Para el público, la música de cámara es como ir al teatro, es una experiencia más íntima y directa, casi como si fuera un intérprete más. Hay una proximidad que permite captar cada detalle, cada gesto musical de lo que sucede en escena». Añaden que esta formación de cuerda «es un diálogo entre cuatro iguales en el que cada uno tiene su propia voz, pero a la vez actúa dentro del marco de una mirada colectiva».
El Gerhard destaca también el «gran atractivo de tocar en cuarteto. Para empezar, el repertorio es de una gran calidad. Los compositores se enfrentan a este género desmenuzándose los sesos, puesto que ha sido en él donde los grandes han plasmado sus ideas musicales más radicales. Y el atractivo también se encuentra en el sonido. El especial ensamblaje que supone juntar cuatro instrumentos con un timbre tan parecido y a la vez mantener la voz individual de cada uno de ellos, crea un mundo sonoro verdaderamente único».
Privilegio
«Tocar en un cuarteto es el mayor privilegio y tesoro para un instrumentista de cuerda», apuntan desde el Quiroga. «El repertorio es el más extenso, rico, diverso, sofisticado y fascinante de toda la literatura musical de cámara, y en él volcaron todos los grandes compositores su personalidad más audaz y experimental y su voz más íntima y poética. Para el público supone acercarse de un modo único y privilegiado al centro de la música: a su lenguaje más cuidadosamente elaborado, a su naturaleza dialogada, a su retórica sin palabras, a su emocionante crudeza y cercanía. Nada como el cuarteto para fascinarse con cómo nace la música, cómo se hace, se respira y se esculpe con tiempo y silencio».
«Tocar en un cuarteto es una lección de escucha mutua, de cortesía, de respeto mutuo y de convivencia democrática»
En este aspecto, el Quiroga describe tocar en un cuarteto como «una de las disciplinas musicales más complejas, delicadas, y sofisticadas. Somos cuatro instrumentos que son cuatro iguales, organológicamente hablando, lo que establece un debate en un plano radical de igualdad, que implica gestionar muy bien el sensible equilibrio entre unidad y diversidad. Es una lección de escucha mutua, de cortesía, de respeto mutuo y de convivencia democrática. Por eso requiere de enorme generosidad, de un gran trabajo que ha de ser sostenido en el tiempo, de constancia, finura y disciplina técnica y de profunda reflexión interpretativa, sometida a la crítica y a la investigación constante. Es una tarea titánica que exige un compromiso prolongado al que pocos están dispuestos. Sin él, no se pueden construir interpretaciones a la altura de los textos musicales tan exigentes y fascinantes que tenemos sobre nuestros atriles».
Para conseguir grandes resultados es importante funcionar de manera democrática, tal y como afirman los componentes del Casals: «Toda decisión dentro del cuarteto se somete a votación entre los cuatro miembros. El trabajo en cada obra es también la fusión de los cuatro puntos de vista que aportamos por igual. Durante los ensayos, intercambiamos el rol de liderazgo para que cada uno de nosotros pueda abordar el aspecto o la sección de la pieza que considere prioritario. La democracia puede ser compleja, pero después de tantos años juntos, muchas decisiones salen prácticamente de forma intuitiva. Esta libertad y respeto por cada una de las voces es fruto de mucho trabajo y coordinación». Los miembros del Gerhard apuntan que «el cuarteto es un género tremendamente sensible. Cualquier cambio, por minúsculo que sea, afecta a toda la estructura del discurso. Así pues, cada día es un nuevo comienzo, nunca podemos dar nada por sentado. Es un trabajo arduo, pero al mismo tiempo enormemente estimulante».
Contar una historia
Uno de los mayores atractivos que tiene el cuarteto de cuerda es el repertorio con el que cuenta. Cada uno de estos conjuntos lo escoge en base a diferentes criterios. El Quiroga, por ejemplo, defiende que «un concierto debe ser una experiencia transformadora para el público. No basta con tocar buena música, el concierto debe transmitir una idea, narrar una historia y emocionar, sacudiendo la conciencia musical y estética del público. Por otra parte, nuestro objetivo es poner en diálogo la gran tradición del género del cuarteto con músicas olvidadas o de tradiciones musicales periféricas o minoritarias y enfrentar el canon clásico con la contemporaneidad. Y también queremos dar una particular atención a la música vinculada al universo hispánico e iberoamericano, así como a la creación musical contemporánea, poniendo énfasis en la creación femenina actual».
«Es un género tremendamente sensible. Cualquier cambio, por minúsculo que sea, afecta a todo el discurso»
El Cuarteto Casals abarca un repertorio que va «desde la tradición de grandes como Haydn o Beethoven hasta la nueva creación, a la que siempre damos cabida en nuestros programas. El proceso de selección es muy democrático: tienen que ser obras que nos gusten mucho y nos convenzan a los cuatro. También consideramos las peticiones de los programadores y las obras que nos gustaría grabar para nuestros próximos discos. Con todo ello, en nuestras giras interpretamos una selección muy variada donde mezclamos nuestras piezas favoritas del gran repertorio con descubrimientos más recientes. El repertorio de cuarteto es inmenso y maravilloso, y aún nos quedan muchas obras por disfrutar».
El criterio que sigue el Cuarteto Gerhard a la hora de escoger un repertorio «se fundamenta en lo que realmente nos apetece. Si escuchamos una obra que nos gusta, lo comentamos y la añadimos a una larga lista de repertorio deseado desde la que proyectamos nuestra carrera. Cabe decir que muy a menudo el programador también tiene peticiones concretas, así que solemos establecer un diálogo para crear programas atractivos que satisfagan a todas las partes».
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