«El público se vuelve loco cuando escucha 'Iberia' de Albéniz, la conozca o no»

– Hoy actúa en el claustro del Museo San Telmo. ¿Conoce el espacio? ¿Lo ve adecuado para un recital de piano?

– El claustro del Museo san Telmo es una maravilla de espacio, apto para cualquier concierto de cualquier estilo. Hace unos años estuvimos un grupo de músicos allí en una noche dedicada a Piazzolla y guardo un grato recuerdo del lugar.

– Esta vez ofrece en solitario la suite 'Iberia' de Albéniz, que interpretó en el Kursaal hace ya varios años. ¿Qué recuerda de aquel concierto también en San Sebastián?

– Eran prácticamente mis comienzos. Fue muy especial para mí tocar por primera vez en el imponente Kursaal. Es una de esas citas que no olvidan.

– Un museo, un auditorio... ¿en qué medida le influye el entorno a la hora de actuar?

– El entorno, su acústica y el instrumento son imprescindibles y pueden hacer de un buen concierto uno no tan bueno si todo no confluye adecuadamente. Es muy importante.

– Su concierto de esta tarde está dedicado a una obra de la que es un reconocido especialista. ¿Qué vio en esta composición hace más de veinte años para querer conocerla a fondo y qudar tan asociado a ella?

– 'Iberia' es un todo perfecto. Una gema tallada por igual por todos sus lados. El poliedro perfecto. Tiene un lenguaje riquísimo, que hace casi un resumen de la historia de la música hasta el momento e incluso innova. Esta obra de Albéniz pasa por el Barroco de los clavecinistas españoles, por un Clasicismo sobrio o muy organizado en su forma y su utilización de la armonía, por un Romanticismo nacionalista exacerbado, por un Impresionismo hasta precursor del de los compositores franceses y es, también, una de las primeras obras que utiliza la modernidad, la bitonalidad. A todo esto, 'Iberia' añade la esencia de España con sus paisajes, sus guitarras, sus fiestas, sus quejíos, su flamenco, sus olores y sus sabores como en muy pocas obras.

– ¿Cuáles son, en su opinión, los principales alicientes y dificultades que plantea esta obra tan destacada?

– El principal aliciente es adentrarse en esta riqueza musical genial, vivirla, investigarla y disfrutarla. En cuanto a sus dificultades, pienso que está todo dicho. Es bien sabido que es, si no la obra más difícil que existe para piano, una de ellas. De eso no caben dudas.

– ¿Diría que son las mismas dificultades para el intérprete que para el público las que plantea esta composición?

– Ni mucho menos. 'Iberia' debe sonar fácil, melodiosa, graciosa, rítmica para el público. Para que esto sea así, el intérprete debe lidiar con numerosas y muy demandantes dificultades.

– ¿Cómo se prepara un pianista para afrontar una obra así con conocimiento?

– Estudiando, estudiando y estudiando. No hay más fórmulas secretas.

– Es una obra que forma parte de su vida artística desde siempre. ¿Ha variado su manera de entenderla, interpretarla y transmitirla?

– 'Iberia' está viva cada día. En los fraseos e intenciones escritos por Albéniz siempre se van encontrando nuevas intenciones. Es una obra en constante movimiento, en constante cambio. Y quiero pensar que ahora la entiendo mejor.

– ¿Qué aspectos, más allá de los técnicos, pueden cambiar la vivencia con la 'Iberia 'de Albéniz a lo largo de los años?

– Quizá la visión del viaje que representa. 'Iberia' fue compuesta al principio de una dolencia que al final, fue letal para Albéniz. Un Albéniz cada vez más enfermo, añorante de sus España querida, en el exilio. Este viaje de la luz a la oscuridad, o más bien, a su extinción, sí que está cambiando en estos años.

– ¿Qué le diría a un joven pianista que quisiera afrontar la interpretación de esta obra tan especial?

– Le daría muchos ánimos y mis mejores deseos de que la disfrute..

– ¿Y al público que vaya a escucharla por primera vez, como puede ser el caso de hoy en San Telmo, qué le recomienda el artista?

– Que sepa que se enfrenta a una de nuestras grandes obras. Que es un gran viaje, sobre todo por Andalucía, por el flamenco, lleno de vida, de fuerza, de raíces, de bailes, de cantes, de guitarras, comparsas y ritmos. Estoy seguro de que el público va a sentir lo que sé que va a sentir. El público se vuelve loco, la conozca o no. Es una obra brillantísima y muy espectacular también.