Casi 200 nostálgicos -nada que ver con los adoradores de cierto tirano desahuciado- se citaron anoche en Convent Garden para asistir a la exhumación de ... Tam Tam Go! en la Cripta. En lugares como este no abundan las resurrecciones pero sus muros fueron el escenario del retorno a la vida de un grupo esencial en la edad dorada de la radiofórmula.
Cual Lázaro, los hermanos Campillo se levantaron y prendieron la máquina de singles para cantar 'Un juramento entre tú y yo', uno de sus muchos hits que lo petaron en los 90. Han estado 10 años en barbecho pero la voz de Nacho suena igual que cuando hace tres décadas escribieron su primer tema, 'I Come For You'. Lo rescataron justo antes de otro clásico, 'Lucía de los cartones', y de la inédita 'Puente de plata', que estará incluida en un inminente nuevo disco de la banda.
«Con esto empezó el reggaetón, maldita idea tuvimos», bromeó el cantante al abordar 'Este payo', que caldeó el ambiente con sus ritmos latinos. La audiencia estaba plenamente entregada cuando sonaron la visionaria 'Atrapados en la red' -sí, la de «Y tú me @roba-roba-robado la razón»- y 'Belleza pasajera'. Tras la autorreferencial 'Biocanción', inédita animada con maracas, coros y silbidos, emocionaron con 'Manuel Raquel', 'Lo que se da no se quita' y 'Caer a tus pies', en la que apareció por sorpresa Mikel Erentxun, que canta ese tema en el reciente álbum de versiones 'Volando sobre un tacón' (2019).
'Espaldas mojadas', con armónica fronteriza y dedicada a los refugiados y a la ONG Proactiva Open Arms, dio paso a los bises: una versión a capella de 'Haurtxo polita' -«estudiamos en Badajoz en un colegio de curas y todos eran de Bilbao»-; 'Pasarán', en recuerdo del difunto Antonio Vega; la enérgica 'Piel sobre piel', y una versión rockera de 'Sweet Dreams' de Eurythmics que puso fin a un apañadísimo sarao pop.
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