«El silencio es la manera que tiene el público de hablarnos»
Josep Colomé (Violinista de The Brahms Project) ·
MARÍA JOSÉ CANO
SAN SEBASTIÁN.
Jueves, 9 de agosto 2018, 07:28
Josep Colomé es el violinista del conjunto The Brahms Project, que inaugura hoy a las 20.30 horas los 'Jueves de Música en San Telmo'. La agrupación reúne a cinco destacados intérpretes españoles, que además de su trabajo como solistas, cultivan la música de cámara como parte fundamental de su actividad artística. El ciclo que comienza hoy girará en torno a la mitología y el folclore y permitirá disfrutar de tres conciertos del género más exquisito, la música de cámara, en un entorno único como es el claustro del museo San Telmo.
- El año pasado inauguraron el ciclo de música de cámara en el claustro del Museo San Telmo, y esta vez vuelven a hacerlo. ¿Qué recuerdo tienen de aquel concierto?
- Recuerdo el ensayo por la mañana en el claustro escuchando un diluvio increíble, una especie de manifestación de la naturaleza unida a la belleza de la música de Brahms. Por la noche la organización procuró unas mantas para el público, que estaba muy atento, y tuve la sensación de que era como si estuvieran en el salón de su casa dispuestos a compartir una sesión de música de cámara, con el añadido de estar al aire libre.
- ¿Lo consideran un lugar apropiado para la música?
- El lugar ideal es una sala de conciertos, pero los claustros son siempre mágicos y tienen muy buena acústica, aunque la humedad y los agentes externos son siempre un reto más para los intérpretes. El claustro de San Telmo es, sin duda, un sitio con mucho encanto y magia. Nos encantó.
- ¿Qué valoran más como intérpretes: una buena acústica, un escenario inspirador, la cercanía con el público...?
- Aparte de las condiciones externas del lugar, el tipo de silencio es muy importante en los conciertos, es la manera que tiene el público de 'hablarnos', y mostrar que están ahí para escuchar y disfrutar cada nota con nosotros. En realidad el silencio es el espacio que nos ceden de su vida.
- En su concierto de la pasada edición interpretaron dos obras de Brahms, haciendo honor al nombre de su grupo, The Brahms Project, y este año vuelven a incluir su música. ¿Por qué Brahms como núcleo e inspiración de un grupo?
«La música de Brahms es la mezcla perfecta entre la transparencia y la emoción»
- Los cuartetos con piano de Brahms son tres catedrales que llevamos soñando y deseando interpretar desde que éramos niños. Son obras que siempre crecen, en cada ensayo y en cada concierto; son una cima en la que el viaje es siempre diferente. Sentimos que era el momento justo de lanzarnos a la piscina con estas obras al realizar la integral en doble disco para Eudora, y comprobar la repercusión que tuvo la creación del grupo con músicos de la misma generación (cercanos a los 40 años) y con educación centroeuropea.
- El año pasado sorprendió la personalidad de cada uno y al mismo tiempo su complicidad. ¿Cómo se consigue compartir y comunicar un discurso musical unificado sin renunciar a la expresión individual?
«Cada uno aporta al grupo todo lo que cree que es bueno para la música»
- Cada uno aporta al grupo todo lo que cree que es bueno para la música. Somos muy inquietos y nos encanta encontrar nuevas cosas en la partitura. Pero el respeto y la admiración mutua ayudan mucho a que siempre acabe ganando Brahms, porque los cuatro tenemos una personalidad muy fuerte.
- Esta vez unen un contrabajo al cuarteto con piano. ¿Significa que The Brahms Project es un grupo abierto en función del repertorio?
- ¡Exacto! Solo faltaba Uxia para rematar el contrapunto. 'La Trucha' de Schubert es una obra que estuvo encima de la mesa desde el inicio del grupo y nos encanta la colaboración con ella, una de las contrabajistas más relevantes de Europa. Desarrolla una actividad frenética en la élite de la música de cámara.
- Volviendo a Brahms, ¿qué destacarían de su música de cámara? ¿Qué alicientes y dificultades tiene para los que la interpretan y para el público?
- Brahms escribe una música que es la mezcla perfecta entre la transparencia y la emoción. Es todo muy meditado y pensado, consultado, analizado, perfectamente escrito... y a la vez es un tornado de emociones a través del sonido. Interpretar la música de cámara de Brahms es como entrar en un mar de lava y no parar de nadar en 45 minutos; cambia la temperatura, la densidad, el tono, pero siempre es denso y continuo. No hay una obra de música de cámara de Brahms que no sea un monumento.
- ¿Qué le diría al público de la obra de Brahms que interpretan en esta ocasión?
- Escribió y estrenó este primer cuarteto en Hamburgo antes de probar suerte en la élite y en la sociedad musical de Viena. Es una obra que le dio muchos éxitos y le introdujo en la sociedad vienesa, donde acabó siendo presidente de la Musikverein. Musicalmente es una obra escrita en la tonalidad de sol menor, con cuatro movimientos muy contrastados, muy conocido por el 'Rondo alla zingarese' y su admiración a la música zíngara. Sin duda, es el más tocado de sus tres cuartetos.
- Completan su programa con Gluck y Schubert. ¿Cómo son las obras que interpretan?
- Gluck escribió 'Orfeo y Euridice' y vamos a tocar un arreglo para violín y piano de las melodías más famosas de esta ópera realizado por Kreisler, teniendo en cuenta la temática de la exposición del museo. En cuanto a 'La trucha' de Schubert, es un hito en la música de cámara del compositor. Está escrita en La mayor, una tonalidad fresca y jovial como parte de la música de Schubert, y para una formación sui géneris, posiblemente para que todos sus amigos pudieran participar en sus famosas 'Schubertiadas' en su casa.