Omer Meir Wellber | Director de orquesta

«La inmigración de la URSS fue crucial para la cultura israelí»

– ¿Qué relación le une a Die Deutsche Kammerphilharmonie Bremen?

– Solemos hacer algunas giras casi todos los veranos, así que nos une una amistad muy fuerte.

– ¿Considera que hay alguna diferencia entre dirigir una orquesta sinfónica y otra más reducida, como en este caso?

– Sí, en teoría, por supuesto, hay diferencias. Sin embargo, esta orquesta es un caso muy, muy especial, es un conjunto que no se ve en ninguna parte, es muy singular. Eligen a los músicos adecuados, con nivel, pero sobre todo se busca que tengan un importante sentimiento comunitario. En mi opinión, el público siente esto cuando la escucha, porque cuando toca esta orquesta se crea una especie de energía positiva que realmente no es común ver.

– Se trata de una orquesta de cámara que se autogestiona. ¿Qué opina de este modelo de gestión?

– No tengo mucha opinión sobre este tipo de cosas. Creo que lo verdaderamente importante es que algo funcione y si funciona, es bueno. Y en este caso funciona muy bien. Quizá esto no sería válido en otros lugares, porque cada uno tiene su cultura y una serie de detalles que condicionan el resultado, pero en el caso de Deutsche Kammerphilharmonie Bremen funciona muy bien.

– ¿Qué tiene su país para dar tan buenos músicos?

– En los años noventa tuvimos mucha suerte de tener muchos músicos muy buenos que venían de países de la URSS a Israel. Y creo que mi generación, los que nacimos entre los ochenta y los noventa, adquirimos mucha energía y un profundo conocimiento de la música gracias a esta gente. Esas personas fueron nuestros maestros, vinieron con una gran cantidad de antecedentes culturales y fueron cruciales para la vida multicultural que tenemos en Israel.

– Tengo entendido que trabajó como asistente de Daniel Barenboim. ¿Qué le enseñó?

– Muchas cosas. Incluso el tipo de conversación que estamos teniendo ahora, que es posible gracias a personas como él. Barenboim nos transmitió también la política y la idea de que el músico no es únicamente una persona que toca sola en casa, sino alguien que tiene responsabilidades sociales y que debería tener algún tipo de impacto en la sociedad. Creo que esta es quizá la lección más importante que aprendimos de él.

– Es director musical de la Volksoper de Viena, así como del Teatro Massimo de Palermo y director artístico del Festival Toscanini. ¿Es posible compaginar tantas responsabilidades?

– Sí, hoy en día, con los correos electrónicos, el zoom y una mente muy creativa, puedes hacer todo lo que quieras. Lo más importante es el estado mental en el que trabajas, porque no estoy dirigiendo tanto como invitado y dedico a cada uno de ellos mi energía y mi tiempo. Estoy tratando de concentrarme realmente en estos lugares y darles lo que necesitan.

– ¿Qué es lo que más valora a la hora de aceptar ser responsable de una orquesta o un teatro?

– Prefiero dirigir un teatro, porque creo mucho en el tipo de influencia que tiene un recinto de este tipo en una ciudad o en un país, y, además, la ópera me resulta más interesante. Es como un micromundo que lo combina todo, porque no puedes hacer sólo música. Hay que hacer un poquito de música, de gestión, de administración, e incluso generar ideas creativas para ver cómo realmente se financia todo.

– Ofrece dos conciertos en San Sebastián. En el primero de ellos, el pasado martes, dirigió a la violinista Hilary Hahn. ¿Ha trabajado antes con ella?

–Sí, hacemos muchas cosas juntos y somos muy buenos amigos. En el ensayo se da una especie de diálogo, pero también en el directo, porque lo hermoso de tocar con gente así es que cada concierto es diferente. Puedes hacer muchas cosas, ser muy espontáneo, e intentar cosas distintas. El diálogo entre nosotros es muy bonito.

– ¿Cuáles son las claves de la 'Sinfonía nª 1' de Beethoven?

– Esta es la primera obra y la primera sinfonía que escribió Beethoven y es muy revolucionaria, en algunos aspectos incluso más que algunas piezas posteriores que podrían ser más famosas. En la 'Sinfonía nº 1' el compositor ya tiene en su interior todas las ideas que luego desarrollará y le permitirán crear su propio mundo. Hago algo que es muy libre, que es tratar esta sinfonía como si fuera una obra para un instrumento y no para una orquesta. Es un enfoque muy personal con mucha energía, pero también con muchos pequeños detalles. Y trato de resaltar todo el mundo creativo que él estaba tratando de mostrar.

– ¿Resulta complicado interpretar una obra tan conocida?

– No es dificil ni fácil. Como todo en la vida, puede ser difícil o fácil.

– Completarán su concierto con la 'Missa Nelson' de Haydn.

– Creo que es una muy buena obra para ponerla junto a la de Beethoven, porque fue escrita más o menos en los mismos años. Por supuesto, Haydn fue uno de los maestros de Beethoven y también existe una gran conexión entre ellos. Es agradable ver cómo Beethoven realmente tomó toda esta energía de Haydn. Existe una conexión grande entre los dos.

– ¿Qué es lo que más aprecia en un coro?

– Nunca había trabajado antes con ellos, pero hemos estado en contacto compartiendo mucho material, muchas cosas, comentándoles lo que necesito y lo que quiero. Así que estoy seguro de que es un coro maravilloso. Un coro es como una orquesta. Es una expresión realmente maravillosa y profunda de una energía especial que la gente puede sacar a relucir, que es estar juntos, respirar juntos, cantar juntos. Así es como se supone que deben ser las cosas. No como una versión de Tik Tok.