Belako presenta su quinto disco en el Támesis

«Ganas» es lo que sienten antes de cada nuevo lanzamiento y este no podía ser la excepción. Y es que tras muchos meses de composición, ensayos y grabación, este viernes las canciones dejarán de ser suyas para pasar a ser de todos. «Abandonan nuestras cuatro paredes. Aunque ya los singles han ido viendo la luz en concierto, queremos que la gente las escuche para que en directo podamos cantarlas juntos. Tenemos nervios porque, obviamente, queremos que gusten a todo el mundo», reconoce Zalakain. Sin embargo, admite que ya han hecho «lo más difícil» que es «que nos gusten a nosotras».

Sin ser una banda demasiado comprometida con las masas, Belako siempre ha abanderado su propia libertad y autogestión. 'Tengo miedo de no gustarme, pero prefiero no aburrirme', canta Cris Lizarraga en 'Sangre Total', octavo corte del álbum y el primero que escriben en castellano. «A Belako no nos veo haciendo algo para gustar más a la gente, lo que tenemos es sincero y auténtico y ahí está el secreto». Nunca han tenido demasiada prisa y su trayectoria tampoco ha sido explosiva, algo a lo que hacen referencia en el propio título del disco.

«Tratamos diferentes temas, pero después de la pandemia necesitábamos sentarnos y hablar. No pudimos tocar, hicimos un documental, conciertos en autocines, y tuvimos que sacar una edición 'deluxe' de 'Plastic Drama' con remixes de otros artistas, pero que no era música de Belako... Marcianadas que nos permitieron seguir con vida pero que nos desconectaron de la música, incluso con una pequeña pérdida de motivación», admite el baterista tolosarra. «Ahora queremos que la música vuelva otra vez a hablar por sí misma y sea el centro de la noticia».

A pesar de la evolución del mercado musical y el esfuerzo económico que supone grabar un disco, Belako continúan haciéndolo. Una firme reivindicación que, sumada a su renovada estética retro y a la cruda grabación en cinta analógica, les convierte en los penúltimos románticos. «Hay mucho artista nuevo que solo publica canciones sueltas y es algo que ha pasado por nuestra cabeza. Siempre revisamos el proyecto. Pero nos gusta tener un trabajo físico que cuente una historia, pues ahí radica el reto compositivo. Teniendo en cuenta que hacemos canciones tan diferentes, es interesante luego obligarnos a darle a todo una forma conjunta y coherente».

Y es que en este 'Seguir regando' se distancian más que nunca de cualquier línea estilística: rock cañero, indie, pop, electrónica, violines, 'talk box', coros, disonancias y ritmos de amalgama. «Hemos estado en lugares que no habíamos visitado, como los compases de 7 por 4 en estrofas, acordes disonantes que recuerdan al jazz, y fragmentos en los que si nos sonaban demasiado poperos distorsionábamos el bajo...». Incluso en este se les puede escuchar a los cuatro miembros con un mayor protagonismo a los micrófonos. «Ahí es donde se nota nuestro gusto por ABBA y las armonías de voces».

La minimalista y sencilla 'No Tools', la hipnotizante 'Orein Orain', la enrevesada 'Tangerine' y el primer tema que Belako publica en castellano 'Sangre Total'. Una canción disonante, extravagante «y muy kinki» en la que Josu Ximun y Cris Lizarraga alternan versos entre voces rotas y dulces. «En cada disco nos da por un lado», dice Zalakain». «En 'Plastic Drama' teníamos 'Sirène' en francés, en este hay inglés, euskera, inglés y euskera, castellano e inglés... Nos sale de forma natural, aunque siempre nos ha gustado cantar en euskera y cantar en euskera lejos de Euskal Herria. Es algo brutal».

Belako ya ha confirmado las primeras 23 fechas de la gira de presentación que este otoño cruzará de norte a sur y de este a oeste la península, para luego viajar a México DF y a Montreal, donde actuarán por primera vez. Pero los mungiarras no renuncian a nada, lo mismo les da tocar en Bogotá o en el FIB que en las fiestas de Almagro. «Este verano hemos tocado en 'txosnas' porque es algo que queríamos. Durante años hemos tocado mucho en el extranjero y la pandemia nos volvió a acercar a Euskadi y al Estado. Hay barreras que no entendemos muy bien, Belako cabe en todo tipo de espacio artístico, tanto en el extranjero, como en festivales o en el gaztetxe».

Más de una década de carrera y parece que ya lo han hecho todo. ¿Algún sueño por cumplir? «No es que hayamos perdido la ilusión, para nada, pero quizá ya no idealizamos tanto el mundo de la música como para tener sueños». Y es que han cumplido muchos de ellos a base de trabajo duro, y los que imaginan, cada vez se van realizando. «Como 'sueño' o ilusión solo deseo que sigamos en esto muchos años», pide Zalakain. «Con 18 años no hubiera dicho que mi sueño era tocar de forma libre, pero me doy cuenta de que es lo mejor que tenemos: la capacidad de autogestionarnos sin renunciar a hacer giras internacionales y publicar discos».