La librería Hontza cerrará sus puertas por «falta de relevo generacional»

«Tras darle muchas vueltas, y con mucha pena, es un adiós definitivo», confirma a este periódico Ramón Latiegi, uno de los socios del negocio, tras hacerse público que el local estaba en venta por 1,4 millones de euros y algunos clientes se preguntaban si sería el cierre completo de la librería o se trasladaría a otro local.

«Hace dos años que me jubilé y la otra socia, mi compañera Esther, está a punto de hacerlo. Llevamos desde el pasado otoño barajando todo tipo de posibilidades, buscando soluciones para lograr que Hontza tenga una continuidad y de que perdure, pero ha llegado un punto en el que darle la vuelta nos parece imposible, por lo que el cierre es nuestra mejor opción», explica Ramón Latiegi. Ha sido una decisión «complicada», por la historia acumulada entre sus estanterías.

El socio asegura que la decisión de echar el cierre «no es tanto económica, de hecho, la librería sigue funcionando y continúa siendo rentable», aclara, por lo que el motivo que justifica el cierre del comercio, puesto en marcha en 1982, es «la falta de relevo generacional. En este momento, no encontramos esa próxima generación que quiera o que pueda hacerse con las riendas del negocio», relata Latiegi. «Sin ir más lejos, algunos de nuestros hijos han trabajado en el negocio. Mi hijo Jon es el actual encargado de la librería y también se ha planteado cogerla él, pero no ha sido posible», añade.

«Somos conscientes de que es un negocio difícil, vender el modelo de negocio como librería es complicado y, por eso, aunque sea una venta abierta, daremos todas las facilidades posibles para que los compradores del local sean libreros o tengan que ver con la industria», cuenta el socio de Hontza, que adelanta, sin aventurarse, que «ya han iniciado conversaciones con varios interesados».

El cierre de Hontza supone decir adiós a más de 40 años de libros en Donostia. Cuatro décadas en las que el número 4 de la calle Okendo ha sido «un emblema y un punto de referencia importante» para una gran cantidad de donostiarras que buscaban lecturas. «Los habituales ya han empezado a hacer preguntas y muchos amigos y conocidos, que tienen mi teléfono personal, ya me han llamado para preguntarme al respecto» desvela Latiegi. Aún tendrán un tiempo para poder pasarse por la librería, ya que «el cierre no es inminente. Hasta que tengamos un comprador para el local, Hontza seguirá funcionando como hasta ahora, por lo que la despedida será escalonada. Queremos ir cerrando las cosas hasta anunciar el adiós definitivo».

El origen de Hontza se remonta al año 1982, cuando los socios iniciales decidieron montar un negocio de libros en pleno corazón donostiarra. «De los cuatro socios iniciales, luego al final fuimos tres», apunta Latiegi, que se incorporó a la librería dos años después de su apertura, en 1984.

De las cuatro décadas que lleva el negocio abierto destaca que «siempre ha sido un grupo muy bueno. Formamos un tándem fantástico y para todos nosotros la confianza ha sido uno de nuestros pilares», destaca quien, el pasado 2024, conmemoró sus 40 años de actividad al frente de la librería. «Yo ya no atiendo, claro, pero intuyo que ya desde este martes y los próximos días, serán días tristes, complicados de llevar para mis compañeros», se lamenta.

Atender de cara al público «siempre es complejo. Ante noticias como esta hay que dar explicaciones, comentar y, por supuesto, habrá que responder ante esto», reconoce el responsable de Hontza, uno de los puntos ilustres de la cultura donostiarra. Una de las librerías de toda la vida, reconocida, entre otras cosas, por su amplio catálogo y su especialización en áreas como botánica, arquitectura, arte, diseño, gastronomía, euskera, viajes, narrativa o cine.