Las lagunas en la masacre de Cielo Drive
El asesino y músico quiso vengarse de un productor que le negó un contrato y que había vivido en la casa en que mataron a Sharon Tate
Hollywood era una fiesta -más bien una orgía- hasta que llegaron los miembros de La Familia de Charles Manson al 10050 de Cielo ... Drive en Beverly Hills, el 9 de agosto de 1969, y asesinaron a cuchilladas y balazos a todos los que estaban en aquella casa, incluida Sharon Tate, actriz y mujer de Roman Polanski, embarazada de ocho meses. Aquella carnicería metió mucho miedo en el cuerpo. Nada iba a ser igual. A Tina Sinatra, su padre Frank le puso un guardaespaldas y Steve McQueen empezó a llevar una pistola en el cinto.
La Policía, el fiscal del caso y la mayoría de los medios pintaron a Manson como un hippie colgado y satánico, con un pasado carcelario de vértigo y un poder de fascinación que llevó a los acólitos al asesinato. Pero lo cierto es que estaba bien conectado con el estrellato de Hollywood y que los motivos de aquellos asesinatos pudieron no estar inducidos por el diablo sino por fuerzas terrenales como la venganza.
Acaba de publicarse en español 'Manson. La historia real' (Roca Editorial'), del periodista Tom O'Neill, aprovechando el 50 aniversario de aquel suceso del que aún se habla sin parar. Además de reconstruir con detallismo gore el asalto a la casa de Cielo Drive y el estado final de los cadáveres, el autor se pregunta si la Policía y el fiscal, Vincent Bugliosi, ocultaron pruebas para proteger a personas y para dar al jurado una versión sencilla de los hechos que les llevara irremisiblemente a declararlos culpables.
Tom O'Neill sugiere en un libro que el fiscal del caso y la Policía protegieron al poder de Hollywood
LA CLAVEAL HILO DEL 50 ANIVERSARIO
Bugliosi relató el caso en 'Helker Skelter', un clásico recuperado por ediciones Contra en marzo, titulado como la canción de los Beatles contenida en el doble álbum blanco de la banda de Liverpool. Obsesionado con la idea de que los afroamericanos iban a protagonizar una revuelta social que acabaría con los blancos, Manson creyó que la canción difundía ese mensaje y utilizó su título para denominar su peculiar visión del fin del mundo. El delincuente y guitarrista amaba a los Beatles y en algún momento deliró con alcanzar su nivel, un asunto que tiene su importancia en el desencadenamiento de los hechos.
A juicio de O'Neill, una de las claves del caso está en el productor musical Terry Melcher, que había rechazado una propuesta de Manson. Enfureció tanto a este individuo, que a los 11 años había conocido el primero de una larga lista de reformatorios, que aceleró sus planes para acabar con la Humanidad. Melcher había sido el anterior propietario de la casa de Cielo Drive. El líder de La Familia habría ordenado asesinar a los nuevos inquilinos para aterrorizar al vendedor de la casa. El motivo parecía frágil. Pero la consistencia tampoco era su fuerte.
Su vinculación con Melcher durante el juicio pasó como de puntillas. ¿Le había amenazado antes el expresidiario? ¿Sabía algo la Policía? ¿Lo ocultó para protegerle, a él y a su círculo? Estas son algunas de las preguntas que Tom O'Neill se propone desentrañar en 'Manson. La historia real'.
«Sin Melcher, en el 10050 de Cielo Drive no se habrían cometido esos asesinatos», afirma el autor. «Era el eslabón más claro entre Manson y Hollywood», añade. Se habían conocido en el verano de 1968 a través de dos amigos comunes, Dennis Wilson y Gregg Jakobson, miembros de los Beach Boys. Hijo de Doris Day y novio de Candice Bergen, le había prometido un contrato musical pero luego se echó atrás.
Mala relación conyugal
Cinco meses antes de que ocurrieran los hechos, Manson se dejó caer por la casa y supo que el poderoso productor ya no vivía allí. Aun así, le dio igual. Si mataba a los nuevos residentes, el miedo forzaría a Melcher a cambiar de actitud.
Con los años se supo que la relación entre Melcher y Mason no había sido tan esporádica como él subrayó en el juicio. El investigador Ed Sanders descubrió que el productor incluso permitía a los miembros de La Familia usar su Jaguar y su tarjeta de crédito para llenar el depósito. Pero nada de esto salió en el juicio. ¿Había ocultado información el fiscal? ¿Había mentido Melcher estando bajo juramento?
Según O'Neill, también se ocultó la mala relación entre Polanski y Sharon Tate. El cineasta la humillaba en público y le era infiel. Cuando la Policía registró la casa de Cielo Drive, descubrió una cinta de vídeo, «filmada sin duda por Polanski», en la que se veía que la mujer era obligada a tener sexo con dos hombres. En vez de guardarla como prueba de un delito de violencia doméstica, el fiscal ordenó a los polícias que la pusieran donde estaba. Luego, Polanski se la llevó.
El autor hace varias listas de los miembros de Hollywood que llegaron a conocer a Manson y que se negaron rotundamente a hablar con él. En una de ellas aparecen Warren Beatty, Jane Fonda, Jack Nicholson, Dennis Hopper, Candice Bergen, Mia Farrow, Anjelica Huston y el recientemente fallecido Peter Fonda.
Para los conservadores, la masacre ordenada por Mason era consecuencia del hippismo de Woodstock, del amor libre -que se practicaba en La Familia- y de la revuelta contra el orden. Pero O'Neill muestra que no iban por ahí los tiros.
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