La compañía Khea Ziater llega al Principal con una obra sobre la soledad y la esperanza
'Oymyakon, habitación 101' mezcla el lenguaje cinematográfico y el teatral para abordar una historia trágica, dirigida por Alex Gerediaga
La compañía bilbaína Khea Ziater ofrece hoy y mañana en el teatro Principal la obra 'Oymyakon, habitación 101', una propuesta en euskera y castellano que ... mezcla el lenguaje teatral y el cinematográfico para narrar una historia trágica y esperanzadora a la vez. La función está planteada como un filme escénico. Su autor y director, Alex Gerediaga utiliza el cine y el teatro «tanto desde el punto de vista narrativo como estético». Una pantalla amplifica en directo algunos momentos de lo que ocurre en escena «y eso lo complementamos con tres vídeos rodados fuera. En cada uno trasladamos la dramática situación de los personajes, lo que ha motivado su estado y su soledad».
Oymyakon es un pequeño poblado al este de Siberia. El rincón habitado más frío del mundo. «Trasladado a nuestra función y a la habitación 101, se convierte en el lugar donde nos encontramos con nosotros mismos y dejamos de relacionarnos con el resto. Donde escondemos los miedos y los deseos innombrables. Para los tres personajes quizás no exista ya posibilidad alguna de abandonar está habitación», señala Gerediaga.
Interpretada por Arrate Etxeberria, Miren Gaztañaga y Txubio Fernández de Jáuregui, está planteada «para mostrar la soledad de cada personaje», pero resalta su creador que no se cae en la desesperanza. «A partir de la mitad de una manera extraña empiezo a abrir la función hacia la luz y comienza a reflejarse el mensaje que más me motivaba: la necesidad que tenemos del otro. Es lo principal que quiero contar aunque el planteamiento habla de lo dura que es la soledad y más cuando es causada por tragedias diversas. El personaje de Txubio ha perdido la memoria, el de Arrate ha perdido una hija de forma accidental y Miren ha perdido la belleza, la juventud y las piernas».
«La necesidad del otro»
«El amor incondicional, la perdida de la memoria, la falta de autoestima, el hueco por la ausencia, la fragilidad del ego, lo absurdo del pensamiento, la imposibilidad de decidir, y sobre todo la necesidad del otro» están en el núcleo del montaje, en opinión de Gerediaga. «Sus protagonistas vienen a representar los cuestionamientos internos propios de la existencia y la convivencia».
'Oymyakon, habitación 101' se estrenó en 2020 y también paso por la feria de artes escénicas de San Sebastián. «Hemos hecho unas 25 funciones y la sensación es que la gente se lleva la obra, la disfruta y el sabor que le deja es positivo porque hay una cierta apología de la vida, es lo que más peso coge al final».
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