«El ADN es el mismo de hace 20 años, creación contemporánea desde la danza tradicional»

Hay danzas tradicionales con un importante componente local, pero al mismo tiempo tiene un carácter internacional porque muchas culturas cuenta con una variante similar en su folklore. La soka dantza es una de ellas y es de donde Kukai se ha inspirado para 'Eta orain zer?' que el sábado llevará a Lekuona Fabrika dentro de la Quincena Andante, y que ya tiene todas las entradas vendidas. Con este nuevo espectáculo la compañía errenteriarra comienza a celebrar su vigésimo aniversario. El título elegido puede ser entendido desde varios aspectos. La idea surgió tras el confinamiento, cuando todo el mundo se preguntaba qué iba a suceder a continuación, cómo iba a reaccionar la sociedad. También sirve como una reflexión de la propia formación, qué futuro tiene después de estos veinte años. Su creador, director y coreógrafo, Jon Maya, lo tiene claro, «seguir apostando por la creación contemporánea a partir de la danza tradicional cada vez con más libertad creativa».

– Define 'Eta orain zer?' como una experiencia inmersiva para el público. ¿En qué consiste?

– Hemos utilizado ese término para que el público vaya con una mentalidad diferente a la tradicional, a la de comprar la entrada, ir a la sala y sentarse en la butaca para ver un espectáculo que sucede en el escenario. En este caso no existe esa lógica. Cuando se abran las puertas de Lekuona Fabrika, quince minutos antes del inicio, los asistentes se van a encontrar un espacio vacío. Invitamos a la gente a situarse donde quieran, a ocupar. Ahí es cuando comenzará la acción. Está claro que cada persona va a ver un espectáculo diferente. Es importante que el público sienta la libertad de poder decidir, de poder moverse, de dejarse llevar sin ataduras por lo que está sucediendo.

– ¿Qué papel juega la soka dantza en 'Eta orain zer?'

– Hemos utilizado su simbología como punto principal de inspiración. La soka dantza está muy arraigada en Euskal Herria, pero también está muy presente en las culturas tradicionales de gran parte del mundo. Estamos hablando del respeto al diferente, de la unión de la sociedad por medio de la danza y de ser capaces, mediante el diálogo, crear un espacio común. Me apetecía recoger esa simbología y empezar a trabajar a partir desde ahí.

– En esta ocasión no solo la compañía está al completo sino que cuentan con colaboradores.

– Si. Son diez bailarines. Hay un equilibrio entre la formación estable y habitual de Kukai, con bailarines que están colaborando con nosotros en otros espectáculos y nuevas incorporaciones como es el caso de Junaid Jemal Sendi, un bailarín etíope de la compañía Destino de Adis Abeba, y la bailarina sueca Helena Wilhelmsson. No solo por su procedencia, sino también por sus estilos, formamos un equipo con lenguajes muy diferentes . Nos interesaba trabajar la singularidad de cada uno para establecer un diálogo y generar un espacio común entre todos.

– Kukai también se ha prodigado con los espectáculos de calle. ¿Es uno de los elementos de su ADN?

– Yo diría que en el ADN de Kukai está la idea de la búsqueda constante. No solo a nivel de lenguaje, sino también de espacios. De ahí nuestros trabajos de calle, aunque en los últimos años hemos hecho menos. En cambio hemos estado en museos y en espacios naturales. Todo eso nos ha llevado a animarnos a hacer una propuesta como 'Eta orain zer?' .

– ¿La experiencia adquirida en estos veinte años desde la creación de Kukai les hace sentirse más libres, menos encorsetados y les permite adentrarse más en la investigación y la experimentación?

– Sí, aunque sea de forma inconsciente. Empiezas a trabajar con los elementos que tienes alrededor y con las creencias que te impulsan a apostar un trabajo. Luego cada experiencia te alimenta y te anima a entrar con más facilidad en lugares que antes no veías. Seguramente, hace diez años no se nos hubiese pasado por la cabeza meternos en 'Eta orain zer?' y ahora estamos aquí.

– ¿Se reconoce en la compañía que fundó hace dos décadas?

– Por supuesto. Evidentemente, los trabajos son muy diferentes. Habrá gente que piense que el primer '1937, gogoaren bidezidorretatik', creado junto a Tanttaka, no tiene nada que ver con 'Eta orain zer?', pero yo tengo clarísimo que estamos hablando de la misma dirección, del mismo ADN, de la creación a partir de la cultura tradicional vasca. Lo que sucede es que ahora tenemos más herramientas y nos sentimos más libres. La idea de donde partimos sigue estando ahí, hacer danza contemporánea a partir de la tradicional.

– Fundó la compañía cuando tenía 25 años. ¿Qué le llevó a hacerlo?

– La verdad es que no lo sé. Vengo de la danza tradicional. Hacia el año 2000, cuando todavía era un amateur y veía las primeras actuaciones de, por ejemplo, Malandain Ballet Biarritz, comencé a preguntarme cómo sería esa danza en un contexto de propuestas diferentes. Era profesor de danza tradicional en la Escuela de Música y Danza de Errenteria. Tenía unos alumnos jovencísimos que eran mi hermano Alain, Urko Mitxelena, Ibon Huarte y Eneko Gil. Tenían muchas ganas y les propuse probar algo diferente, pero sin tener la consciencia de que era el inicio de una compañía. Luego se incorporaron Vanesa Castaño y Nerea Vesga. Estoy contento con todas las experiencias y vivencias acumuladas. Seguramente hay cosas que hubiera hecho diferentes. Lo que más reconforta es que ha habido una evolución personal y profesional de todos los integrantes, que no tiene fin. De cara al futuro hay muchas ganas.

– ¿Y ahora qué?

– Seguiremos. Nada más terminar me meto con 'Yarin' una propuesta en la que bailo con el bailarín de flamenco Andrés Marín. Estrenamos el 29 de septiembre en la Bienal de Flamenco de Sevilla. haremos gira con 'Eta orain zer?' y de cara al año que viene comenzaremos nuevos proyectos.

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