Las más finas estampas de moda, en el Museo Cristóbal Balenciaga
La muestra que recoge ilustraciones de 22 artistas internacionales, una producción del Museo ABC, permanecerá en Getaria hasta el 29 de septiembre
Cristóbal Balenciaga, a diferencia de la mayoría de los creadores de moda, no necesitaba bocetos o figurines para ir dando forma a ... sus diseños. Él plasmaba su visión directamente sobre el tejido, construía sus obras de arte sin necesidad de intermediación. La ilustración y la moda, sin embargo, han estado siempre estrechamente unidas, y aunque la naturaleza de esa relación haya ido variando con el tiempo, lo siguen estando.
'#Finaestampa_Ilustración y Moda', la exposición que se ha presentado esta mañana en el Museo Balenciaga de Getaria y permanecerá en el mismo hasta el 29 de septiembre plasma, justamente, el espacio que ocupa en estos momentos la ilustración en el amplio universo de la moda. Lo hace de la mano de 22 artistas de diez nacionalidades que, cada uno desde su perspectiva y con su propia visión, dibujan una completa panorámica de «la segunda edad de oro de la ilustración de moda».
La muestra es una producción del Museo ABC, en cuya sede madrileña se ha exhibido entre los meses de enero y mayo, «con un gran éxito de público y, sobre todo, un gran impacto en redes sociales y medios de comunicación», tal como ha destacado Soledad Luca de Tena, presidenta del Patronato de la Fundación ABC. La exposición, que cuenta con el patrocinio de la Obra Social La Caixa, reúne 150 ilustraciones originales.
En atención a la singularidad del espacio en el que se inaugura la etapa itinerante de '#Finaestampa_', la selección original se ha adaptado al mismo y se han añadido nueve obras de ilustradores contemporáneos del modisto, que abarcan el periodo de 1930 a 1960. Fernando Martínez, Federico Correa, Lucrecia Feduchi 'Coti', y C. Kowarik son algunos de los autores de esas imágenes, propiedad del Museo ABC, que ha aportado también una de la catalana Ángeles Torner Cervera, 'La mujer y la casa', en la que se puede ver la carretera que discurre entre Zarautz y Getaria. En ese sentido, como ha subrayado en su intervención la directora del Museo Balenciaga, Miren Vives, la exposición es «un puente entre el momento de Balenciaga y el panorama actual».
La exposición puede verse en el Palacio Aldamar, germen del actual museo. Al palacio, residencia veraniega de los marqueses de Casa Torres, para quienes cosía la madre de Cristóbal Balenciaga, al que ayudaron a dar los primeros pasos en el mundo de la costura, se accede desde el nuevo edificio. Los representantes de las instituciones que han hecho posible la muestra, así como algunos de los artistas cuyos trabajos pueden verse en la misma, han recorrido las salas guiados por el comisario de la exposición, Jesús Cano.
No se trata de vender
Según Cano, que ha cerrado una presentación en la que también han participado Joxean Muñoz, viceconsejero de Cultura del Gobierno Vasco y Álvaro Irueta, director de Instituciones de CaixaBank en Euskadi, las obras que se exhiben en Getaria demuestran que «la frontera entre la ilustración y la moda han desaparecido». Y lo ha hecho porque la ilustración vinculada la moda se ha liberado de la componente comercial que la caracterizó en su 'primera edad de oro', la que transcurrió entre los años 20 y 70 del pasado siglo.
Ver fotos
Durante esas cinco décadas, para las casas de moda la ilustración era «una herramienta para mostrar su trabajo» y, en última instancia, venderlo. Dado que esa función ya la cubren sobradamente la fotografía y otras disciplinas audiovisuales, «ahora, si llaman a un ilustrador es para que muestre su propia visión», ha precisado Cano.
Por esa razón, en esta 'segunda edad de oro', que en gran medida ha sido impulsada por las redes sociales y, especialmente, por Instagram, lo que cuenta es «la voz propia del artista». De ahí que al ilustrador se le considere un artista, lo que le permite desarrollar una obra más creativa, libre y personal.
Ese renacimiento también está repercutiendo en las publicaciones de papel. «Grandes cabeceras de moda, como Vogue y Harper's Baazar, están encargando ahora reportajes de ilustración», ha destacado el comisario de la exposición.
Consagrados y emergentes
Esa pluralidad de enfoques tiene un reflejo muy claro en la exposición, en la que se advierte tanto la diversidad de técnicas empleadas por los ilustradores como la variedad de visiones de los artistas, que abarcan también un amplio abanico en lo que respecta a sus edades y trayectorias.
Entre los más veteranos el comisario ha destacado a Mats Gustafson, David Downton, François Berthoud y Aurore de la Morinerie, grandes nombres de la ilustración de moda, con los que finalizaba la última gran exposición que se ha dedicado a esta disciplina en Europa, la que organizó hace diez años a los maestros del siglo XX el Museo de Diseño de Londres.
Esos cuatro dibujantes han servido como «punto de partida» para '#Fina estampa_', y sobre esa base se ha completado un elenco de artistas que han llegado a la ilustración de moda por caminos muy diversos. Richard Haines, por ejemplo, no comenzó a dibujar hasta 2008, cuando ya tenía 57 años, tras perder su trabajo como diseñador de moda a causa de la crisis económica. Ahora trabaja para firmas como Prada y Dries van Noten.
Otro tanto le ocurrió a Helen Downie, que firma como Unskilled Worker y que empezó en el oficio a los 48 años durante el proceso de curación de una enfermedad y ha trabajado para Gucci y Alexander McQueen. Junto a grandes nombres como los ya citados o Tany Ling, clave en la ilustración de moda internacional, se puede ver el trabajo de talentos emergentes como Ricardo Fumanal, Jowy Maasdamme, Richard Kilroy y la joven madrileña Inés Maestre (1992). Completan la presencia española Ricardo Fumanal (1984) y un ilustrador ya clásico como Jordi Labanda (1968).
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