Una red especial protegerá la ladera del Peine y permitirá eliminar la valla actual
Las familias de Peña Ganchegui y Chillida alcanzan un acuerdo con el Ayuntamiento. Habrá también un proyecto de 'mantenimiento integral' del entorno
Hay acuerdo. Una red especial 'pegada' a la ladera de Igeldo garantizará la seguridad de los visitantes del Peine del Viento y permitirá eliminar la actual verja de protección, un elemento de protección que se instaló de manera provisional y arruina la cuidada estética del conjunto ideado por Eduardo Chillida y Luis Peña Ganchegui. Ahora se inicia todo el proceso administrativo para acometer el trabajo «y el resultado no podrá verse hasta dentro de unos meses», según fuentes de la alcaldía de San Sebastián.
Las familias de los dos creadores y el Ayuntamiento donostiarra sellaron ayer el acuerdo que servirá además para plantear una gran operación de mantenimiento integral del entorno, tanto en la iluminación como en el firme y en el arreglo de los colectores subterráneos que dejan pasar el agua que sale por los agujeros característicos del monumento.
El alcalde, Eneko Goia, el concejal de Urbanismo, Enrique Ramos, y el director municipal de Obras y Proyectos, Alfonso Vázquez, alcanzaron ayer el acuerdo con Rocío Peña, arquitecta e hija de Luis Peña Ganchegui. Ignacio Chillida no pudo asistir a la reunión.
Siguen los desprendimientos
El problema surgió en el año 2015, cuando se desprendieron sobre la zona del Peine piedras de gran tamaño de la ladera de Igeldo. El Ayuntamiento cerró la zona «porque nuestra primera obligación era garantizar la seguridad de los ciudadanos», explicaban ayer desde la alcaldía. Luego se instaló la solución actual, con unas verjas sobre unos soportes de cemento que dejan una separación entre la ladera y los visitantes, y se aplicaron distintas técnicas a la ladera para evitar que los desprendimientos continuaran y la roca se fijara.
«El objetivo era conjugar la seguridad con el respeto al monumento y esta fórmula lo permitirá»
La caída de piedras, sin embargo ha continuado, «aunque ahora son pequeñas». La solución acordada supone colocar una red especial que se pega a la ladera de modo que respeta la estética natural y permite ver la roca del monte con sus irregularidades naturales. Esa red se sujeta con unos 'microbulones'. «Se mantiene el aire pétreo característico», explican desde el Ayuntamiento.
La mejor accesibilidad
La nueva red no llegará hasta el suelo: vendrá desde lo alto y desaparecerá a unos 40 o 50 centímetros del firme para que el visitante pueda ver sin cortapisas el encuentro del suelo del monumento con la propia montaña, tal como fue concebido por Peña Ganchegui.
La mejora se incluirá en la operación especial de mantenimiento de la zona. «Desde su apertura, hace cuarenta años, el Peine ha ido sufriendo obras parciales, pero no una revisión conjunta. Se revisará la iluminación, el firme y el colector inferior, que tiene algunas partes bloqueadas e impiden que el agua y el aire que surte los característicos agujeros del suelo por donde salen los chorros cuando hay mareas vivas».
En esa operación se acometerá también la mejora de la accesibilidad para las personas con dificultades, tal como acordaron hace unos meses los responsables municipales y las familias de los artistas. El plan supondrá un leve relleno con cemento de los espacios situados entre las baldosas y pulir la rugosidad de esas mismas piezas de modo que las sillas de ruedas o los coches de niños puedan avanzar sin dificultad.
Se revisarán la iluminación, el firme y el colector que permite la llegada del agua que brota de los agujeros
Ahora empieza el encargo de proyectos, la adjudicación de los trabajos, la ejecución de los mismos. «Esperamos que las mejoras puedan desarrollarse a lo largo de 2019 y estar concluidas dentro de unos meses», apuntan en la alcaldía. «De momento ya hemos dado el primer paso con este acuerdo», remarcan.
