Elogios al comisario de la muestra, lamentos por la prohibición de fotos
El museo recoge cada día las impresiones y sugerencias que los visitantes dejan a su salida de la exposición
A. MOYANO
san sebastián.
Domingo, 7 de agosto 2022, 07:10
Los responsables de San Telmo colocan cada día a la salida de la exposición un cuaderno para que el visitante que así lo quiera responda a dos preguntas: 1) ¿qué le ha parecido la muestra? y 2) ¿qué mejoraría? Entre los comentarios a la primera cuestión despuntan los elogios y felicitaciones a la labor de Javier González de Durana por su comisariado. «Una excelente exposición con un trabajo magnífico por parte del comisario al que se le felicita de todo corazón por la organización de las obras», señala un visitante.
«La instalación y la disposición de las obras confrontadas. La iluminación igualmente», «me ha gustado el planteamiento, de verdad un diálogo», «las sombras que proyectan las esculturas son en sí mismas otras obras de arte» o «muy bien explicadas las diferencias y los puntos de contacto entre los dos artistas» son algunas de las reflexiones que los visitantes han dejado en varios idiomas: castellano, euskera, francés, catalán e inglés, principalmente. El vídeo que el propio González de Durana grabó con motivo de la muestra y que se emite a la entrada de la sala también ha merecido un buen número de comentarios elogiosos por su claridad y didactismo.
Por supuesto, los propios artistas centran la mayor parte de los escritos de los visitantes. «Me ha encantado comparar a dos escultores del País Vasco que coincidieron en el tiempo y que sin embargo desarrollaron sus obras de forma tan diferente. Fueron genios», apunta un visitante, mientras que otro –y no es el único–, muestra su sorpresa al descubrir que «no eran 'enemigos', sino incluso en muchos momentos 'amigos'». Hay quien se confiesa «impresionado por la coherencia de ambos dentro de sus grandes diferencias». Tampoco falta quien ha repetido visita, tras ver la muestra en Valencia: «Lo que más me gusta es 'El Peine del Viento'», afirma. Para otro, la pieza clave de la muestra es «la 'Desocupación de la esfera'», de Oteiza.
No son pocos los que se preguntan si las puertas de Aran-tzazu que diseñó Chillida y que se exponen en San Telmo son las auténticas –lo son– y lo mismo respecto a los dos 'apóstoles' de Oteiza.
«Los tíos esos de Arantzazu»
Los cuadernos de visitas también reflejan el 'juego' al que se entregan numerosas personas durante el recorrido de la muestra: atribuir cada escultura a su autor. «Lo que más me ha gustado es intentar adivinar de quién era cada obra». También hay quien no lo necesita: «Muy acertado el hecho de que los carteles estén escondidos, puesto que se diferencian las obras de ambos a simple vista, aunque no lo parezca a priori».
En el apartado de sugerencias que mejorarían la experiencia de los visitantes hay una que destaca por encima de todas las demás: que se levantara la prohibición de hacer fotos. En este punto, Susana Soto explica que sería difícil hacerlo. «Aunque la mayoría de las obras expuestas pertenecen a Chillida Leku y a la Fundación Oteiza, otras son préstamos de colecciones privadas, algunas de las cuales pusieron la condición de que sus obras no se fotografiaran». La responsable de San Telmo se muestra en todo caso comprensiva con esta reclamación, dado el papel que las redes sociales podrían jugar a la hora de dar difusión a la muestra. Otra petición: que se instalen sillas en las salas para contemplar las obras con más detenimiento.
Capítulo aparte merecen los malentendidos y las confusiones: «Por fin un espacio donde el Arte Vasco no tiene relación con la política», comenta un visitante, aunque la cosa no es exactamente así, ya que la muestra se hace eco del activismo de Chillida y Oteiza durante el franquismo, en concreto, a la firma de un manifiesto en favor de la excarcelación de Agustín Ibarrola, por ejemplo. Otro lamenta la ausencia de audioguías –están a disposición del público– y hay quien lamenta que en el catálogo no estén incluidas todas las obras expuestas –lo están–. Finalmente, unos cuantos echan en falta alguna referencia a 'El libro de los plagios' de Oteiza –aunque la exposición se centra en los años de amistad entre los dos escultores y el citado folleto fue publicado en 1991–. Y hay quien en el apartado de lo que más le ha gustado, escribe: «Los dieciséis tíos esos de Arantzazu».