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La danza vuelve a La Concha por todo lo alto
Más de 1.300 bailarines de todas las edades han ejecutado sus coreografías junto a la barandilla de la bahía, tras dos años de ausencia por la pandemia
Casi 1.400 bailarines –en concreto, 1.399, según la organización–, de todas las edades volvieron esta mañana a la barandilla de La Concha para demostrar que la danza sigue muy viva, a pesar de estos dos años de parón pandémico. Bajo un frío considerable, aunque sin las temidas lloviznas, los participantes ejecutaron sus movimientos de barra, divididos en tres grupos horarios por edades: comenzaron los pequeños de entre ocho y doce años, continuaron los adolescentes y finalizaron los adultos.
La iniciativa, enmarcada dentro de la programación del Mes de la Danza y organizada por la Asociación de Profesionales del sector, volvió a concitar dos años después el interés de miles de personas que siguieron a una respetuosa distancia la evolución de los participantes, a los que se sumaron treinta profesores pertenecientes a 23 centros formativos de Donostia, Errenteria, Pasaia o Andoain, entre otras localidades guipuzcoanas, además de las llegadas de Ondarroa y Lekeitio. Y según explicó María José Jaramago, presidenta de la Asociación, la intención es que en próximas ediciones se sumen escuelas de fuera de Euskadi que ya lo han solicitado.
Si Donostia amaneció con lluvias ligeras, el sol se fue abriendo paso a lo largo de la mañana, hasta lucir en todo su esplendor sobre la bahía de La Concha a eso del mediodía. Antes, a las 11.00 horas, los alumnos más pequeños bailaron junto a la barandilla, a su aire, pero ya mostrando maneras. Posteriormente lo hicieron los adolescentes y cerraron el espectáculo los adultos, entre los que se pudo ver desde veinteañeros hasta bailarines en la sesentena. El espectáculo se extendió desde el club Náutico hasta algo más allá de la zona de los relojes.
Entre saludos y fotos, la bailarina Lucía Lacarra fue una de las 'estrellas' de la mañana ya que la bailarina zumaiarra se sumó por vez primera a la barandilla. Lacarra, que saludó al alcalde de Donostia, Eneko Goia, y al concejal de Cultura, Jon Insausti, se mostró feliz de la vuelta de esta iniciativa y de la respuesta del público.
«Es una enorme alegría ver otra vez esta imagen preciosa que evidencia el trabajo que hay detrás, después de dos años en los que nos hemos perdido tantas cosas», manifestó Goia, que también se felicitó «por el hecho de que el tiempo nos haya acompañado». A juicio del alcalde donostiarra, la pasión por la danza «aflora otra vez en cuanto se puede, a pesar de este tiempo en el que las escuelas no han podido trabajar o lo han tenido que hacer con restricciones». En este punto, recordó que los centros de formación «da alumnos de primer nivel porque tenemos donostiarras bailando por el mundo que son un referente. Este acto es un homenaje a todo eso, en cierto modo».
«Evidencia el trabajo que hay detrás, después de dos años en los que nos hemos perdido tantas cosas», señaló Goia
Insausti, por su parte, incidió en ese mismo aspecto. «Las academias se las han arreglado como han podido durante estos dos años para dar las clases, incluso 'online', que no es lo más adecuado, y han conseguido salvar esa época. Sin embargo, es verdad que había ganas de salir a la calle. Ayer (por el sábado) vimos con Dantza Kalean que había muchas ganas de mostrar el trabajo realizado». El concejal de Cultura recalcó que «desde lo amateur a lo profesional, la ciudad te ofrece un itinerario de formación y a la vista está».
El espectáculo de danza en la Barandilla de La Concha se lleva a cabo desde 1997 y aunque este año debería haber celebrado su 25ª edición, en 2012 se suspendió por una ciclogénesis y en los dos últimos años la cancelación fue obligada por las condiciones sanitarias impuestas por la pandemia de coronavirus. Ahora, vuelve con vocación de quedarse.
