Los cines de Mendibil y Urbil cierran de nuevo al no poder vender comida y bebida
Las salas de Irun permanecen cerradas desde el viernes y el multicine de Usurbil ofrece hoy las últimas sesiones por ahora
Los cines Mendibil de Irun y Urbil en Usurbil cierran sus puertas de nuevo, a causa de las nuevas medidas sanitarias que impiden comer y beber en las salas, y vender productos consumibles. Con la entrada en vigor el pasado viernes de las nuevas normas los cines en general han decidido mantener su actividad, con las medidas de desinfección y de distancia de seguridad que vienen aplicando desde que reabrieron a comienzos del verano.
Sin embargo, algunas empresas cinematográficas han considerado que el daño a su negocio que supone no poder vender palomitas, chucherías y bebidas es demasiado importante y que no compensa mantener las salas abiertas. Así, los cines de Mendibil ya no ofrecieron ninguna sesión desde el mismo viernes en que se hicieron efectivas las nuevas normas, y Urbil cerrará a partir de mañana sus puertas.
Cierres por comunidades
Los ingresos por consumibles en los cines son importantes porque «hay gente que no concibe el cine sin palomitas»
Ambos complejos cinematográficos forman parte de empresas con numerosas salas en el ámbito nacional, que continúan en funcionamiento o no dependiendo de las medidas sanitarias de cada comunidad autónoma. OCine, empresa a la que pertenece Mendibil, ha cerrado sus salas en Cataluña, Navarra y País Vasco, pero continúan en funcionamiento las de otras comunidades. Y lo mismo ocurre con las salas de la empresa Cinesa, a la que pertenecen Urbil, o los Max Center de Barakaldo, que también cierran mañana.
Ya hace mucho tiempo que los productos de comida y bebida que se venden en los bares de los cines constituyen una importante porción de los ingresos que permiten mantener el negocio, y especialmente en los cines de centros comerciales, donde es más alto el porcentaje de espectadores que consumen este tipo de productos.
«Tener el cine abierto solo entre las cuatro de la tarde y las nueve de la noche, y sin poder vender comida ni bebida no es rentable», comenta Iván García, gerente de los cines Urbil. «Antes ya era dificultoso para muchos clientes estar con la mascarilla y quitársela solo para comer y beber, porque hay una parte del público que relaciona el cine con el ocio. Hay gente que no entiende el cine sin palomitas, pero además se venden pollos, pizzas o perritos calientes».
Otros cines continuarán en funcionamiento, como Príncipe, Trueba y Antiguo Berri, y notarán menos esa pérdida, al tener un público que considera menos imprescindibles las palomitas. En redes sociales ya se han manifestado quienes prefieren el cine sin añadidos, y dicen que volverán a las salas sin ruidos ni olores de comida durante la proyección.