«Ha merecido la pena ser de los primeros, porque nos ha ayudado a adaptarnos»

Muy poco a poco, también las grandes pantallas salen del letargo. La más madrugadora fue, hace dos semanas, la de Bazkartxo Antzokia, de Azkoitia. Le siguieron el viernes pasado Herri Antzokia, de Ordizia, y el cine Usurbe, de Beasain. La empresa que lo gestiona, Goikus, repetirá experiencia hoy con la reapertura del cine Modelo de Zarautz.

También se atrevieron a dar el paso hace siete días los multicines Niessen, de Errenteria, cuya gerente, Sandra Martínez, no se arrepiente en absoluto de haberlo hecho. «Ha merecido la pena ser de los primeros, porque nos a ayudado a ir adaptándonos a esta nueva situación, y eso es algo necesario tanto para los empleados como para los clientes. La prioridad es que los espectadores se sientan cómodos y se vayan convencidos de que el cine es un lugar seguro. Y hasta ahora la sensación ha sido muy buena. La gente, a la que hemos visto muy concienciada, se ha acercado con prudencia y ha encontrado el cine en condiciones diferentes, pero ha salido contenta después de haber disfrutado otra vez de la pantalla grande».

Podría suscribir íntegramente esas impresiones Edorta Martínez, de Goikus, la empresa que gestiona dos cines de titularidad municipal: el Usurbe de Beasain y el Modelo de Zarautz. La reapertura del Usurbe, el finde de semana pasado, «nos ha servido de rodaje y aprendizaje. Creíamos que, una vez que fuera posible, era mejor estar abierto e ir dando a la gente la oportunidad de volver al cine, aunque éramos conscientes de que los primeros días no íbamos a tener muchos espectadores. Los objetivos que nos hemos marcado son garantizar la seguridad y, al mismo tiempo, conseguir que la gente se sienta cómoda en el cine. Y se les veía a gusto, además de tranquilos tras comprobar que las medidas de seguridad se cumplían».

Para garantizar la correcta aplicación de esas medidas y adaptarlas a las características de cada uno de los recintos han tenido que, utilizando una expresión de Sandra Martínez, «armar nuestro propio tetris». En su caso, han optado por abrir las seis salas «pero hemos reducido horarios y ampliado el tiempo entre pase y pase para hacer hincapié en las medidas de higiene y desinfección y permitir la entrada escalonada de los espectadores para evitar que coincida demasiada gente en los espacios comunes y de paso».

Espectadores que, con el protocolo en vigor, tienen que dirigirse al asiento asignado. En el cine Usurbe han tenido la idea de realizar agrupaciones de butacas -individuales, de dos en dos, hasta en grupos de seis...-, para adaptarse distintas tipologías, como parejas o familias, consiguiendo que «siempre se mantenga la distancia de seguridad».

Ambos coinciden también al afirmar que están en un proceso de continua evaluación y reajuste, que uno de los retos será compatibilizar seguridad y rentabilidad y que esto es, en definitiva, un proceso de aprendizaje en el que ellos ya han empezado a dar, con bastante buen pie, los primeros pasos».