Cine
Crítica de 'Los asesinos de la luna' | Esta ambición desmedidaEl 'New Yorker' le niega la quinta estrella del honor a este filme pues opina que el autor de 'Taxi Driver' cuenta la tragedia del ... pueblo nativo americano de los Osage, que en los años 20 llegó a ser el más rico del planeta porque en sus tierras se encontró petróleo, desde la perspectiva de un varón blanco. Acusan también a Scorsese de insinuar que Hoover, creador del FBI, era honesto y la Justicia USA, preclara.
Tonterías. Aparte de que al igual que el tigre no puede borrar sus rayas, Martin no puede teñir su piel ni cambiar su género, a mí y a tantos nos queda cristalino su sumo respeto a los Osage, a sus creencias, su dignidad, melancolía, rabia, alegrías y debilidades. Segundo, el guión, magnífico. la soberbia cámara de Rodrigo Prieto (director de fotografía de 'Barbie') y esa amada de los dioses que es la actriz Lily Gladstone, cuyos ancestros fueron indios Nez Percés y Pies Negros, muestran sin tapujos la realidad de ser hembra (brava), nativa y con un dinero que no podías usar sin la firma no ya de tu marido sino de tu gestor financiero. Un dinero deseado por desgarramantas capaces de todo por conseguirlo.
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Dirección: Martin Scorsese
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Guion: Eric Roth, Scorsese sobre el el libro de David Granann
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Fotografía: Rodrigo Prieto
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Música: Robbie Robertson
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Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Robert De Niro, Lily Gladstone, Jesse Plemons.
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Cines: Príncipe, Antiguo Berri (V.O y doblada) Garbera, Urbil, Niessen, Mendibil
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Duración: 206 m.
Al cineasta de 'Uno de los nuestros' solo se le puede acusar de una olímpica ambición fílmica. Y moral pues destapa incluso el único afán de los políticos. no perder Oklahoma a ningún precio.
Y luego tenemos la monumental más discreta música de Robertson; hasta la última letra de los créditos finales se escucha un crepitar de hojas,susurros de la tierra, gritos de lechuza, prodigio ese debido igualmente al departamento de sonido y música, que enriquecen las texturas del filme con ritmos de Nashville. No, 5 estrellas. Por la escena del baño en petróleo y la del incendio; por la sorpresa radiofónica.Y la ceremonia final. Por el montaje de Thelma Schoonmaker.
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