Ver fotos
Bodas de plata con muchos quilates de la cantera guipuzcoana
La madurez interpretativa de las estrellas locales con proyección internacional brilló en la XXV Gala del Día Internacional de la Danza
Iratxe de Arantzibia
Domingo, 1 de mayo 2022, 17:15
La Gala del Día Internacional de la Danza nació de manera modesta en 1997 y tras su paso por los teatros de Irun, Tolosa y ... Andoain, recaló por primera vez en la capital guipuzcoana -en el Auditorio Kursaal- en 2006. Gracias a ese planteamiento más ambicioso, el espectáculo fue creciendo en enteros hasta que en 2008 llegó al Victoria Eugenia, donde gracias a la entente con Donostia Kultura, ayer celebró sus bodas de plata con una doble función, matinal y vespertina.
El espectáculo de ayer subrayó la verdadera finalidad de la Asociación de Profesionales de Danza de Gipuzkoa: poner los cimientos formativos de los bailarines del territorio y ya convertidos en figuras internacionales, una buena selección de ellos retornaron ayer para esta fiesta de la danza. Lo más reseñable fue la madurez interpretativa del elenco que ofreció dos veladas únicas para deleite de los amantes de este arte.
Aunque en muchos casos compaginaron ambas facetas, la primera parte se centró principalmente en mostrar la parte creativa como coreógrafos de nuestros artistas -sirvan de ejemplo las piezas de Jone San Martín, Hodei Iriarte e Iker Rodríguez-, mientras que el segundo acto puso el acento en el aspecto interpretativo, con las actuaciones de Lucía Lacarra, Asier Edeso y Aitor Arrieta.
Pieza con mayúsculas
Hodei Iriarte (Zarautz, 1993) abrió la gala con 'Die Geduld', un solo interpretado por Urko Fernández Marzana que estaba inspirado en su lesión de rodilla, de manera que los primeros movimientos entrecortados terminan encadenándose con fluidez. Iker Rodríguez (Donostia, 1998) sorprendió en su faceta de coreógrafo con 'Red Skin', solo inspirado en las sensaciones personales de sufrir una afección en la piel. Habrá que seguir la pista de este joven que retornará a finales de mes al Auditorio Kursaal como miembro del Cuerpo de Baile de la Compañía Nacional de Danza.
El flamenco estilizado de las vizcaínas de M.M. Flamencodantza puso la atención en el manejo del abanico y el mantón. Fuertemente influenciado por su etapa junto a Thierry Malandain, Fábio Lopez mostró sus buenos mimbres en la creación de línea neoclásica sobre el paso a dos de la obra 'La Bella Durmiente', interpretado por Alessandra de Maria y Álvaro Rodríguez Piñera, solista del Ballet de la Ópera de Burdeos.
La primera parte finalizó con 'Atzeruntz', sin duda, la pieza con mayúsculas de la gala. Jone San Martín (Donostia, 1966) plantea una pieza de enorme inteligencia y gran sensibilidad sobre el narcisismo y el paso del tiempo atestiguado por el espejo. Y en el Día de la Madre, compartir el escenario con la suya, Jone Astigarraga, fue la conjunción perfecta para erizar el vello a los espectadores. Bravos desde el patio de butacas para las dos Jone, soberbias ambas.
Arin arin y contemporáneo
Desde los Ballets de Monte-Carlo, los solistas Mimoza Koike y Asier Edeso (Donostia, 1986) firmaron e interpretaron con brillantez un dúo sobre la conexión y desconexión, el avance hacia un punto en común y cómo uno puede ayudar a su prójimo. Qué bonito es disfrutar de una pareja de bailarines (y coreógrafos) que derrochan complicidad en el preciso ensamblaje de su movimiento.
Lucía Lacarra cerró la gala que sirvió para disfrutar del empuje creativo de jóvenes como Hodei Iriarte e Iker Rodríguez
Edu Muruamendiaraz con Aukeran Dantza Konpainia tomó parte en la primera edición de la gala y ahora el grupo donostiarra está de enhorabuena porque también celebra sus 25 años sobre los escenarios. La nueva generación de bailarines de Aukeran reclama su espacio con una mezcla de arin arin y danza contemporánea titulada 'Aukeran 2.5' y creada por Iker Karrera (Hondarribia, 1985).
Procedentes del English National Ballet, la excelente solista ucraniana Katja Khaniukova y el primer bailarín Aitor Arrieta (Errenteria, 1994) desgranaron la quintaesencia del paso a dos de la habitación de 'Manon' (1974), de Kenneth MacMillan.
Hay artistas que irradian luz cuando están sobre un escenario y ése es el caso de Lucía Lacarra (Zumaia, 1975). Inspirado en la masacre en el cine Century 16 de Aurora (Estados Unidos) y en cómo varios hombres murieron protegiendo a sus novias, el coreógrafo Edwaard Liang creó el paso a dos 'Finding Light' (2012), un alarde de belleza y exquisitez que le viene como anillo al dedo a Lacarra, también con buenas noticias por su nominación a los Premios Max como Mejor Intérprete y por su próxima cita en el Kursaal dentro de veinte días.
Zapatillas de Lacarra
Como es habitual en los últimos tiempos, secundó a la zumaiarra como buen partenaire el primer bailarín Matthew Golding. En la gala matinal, Lacarra obsequió a la Asociación con las zapatillas de punta que empleó en la exhibición de barra clásica en la Concha, el pasado 3 de abril. Recibió el obsequio María José Jaramago, presidenta de la Asociación de la Danza.
Jone San Martín compartió escenario con su progenitora en una inteligente pieza llena de sensibilidad
El televisivo Luisma Laboa realizó de maestro de ceremonias y puso final a la celebración con todos los bailarines y coreógrafos en escena, mientras el público asistente ofreció una ovación cerrada a los de casa. Zorionak a todos los maestros y maestras que han moldeado esta cantera guipuzcoana llena de muchos quilates.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión