Andonis, Iratxes y Aitores por el mundo
La Agenda Portátil ·
No creemos ni en listas ni en premios, pero refuerzan la autoestima colectiva: una historia de bailarinas, cocineros y futbolistas / Mikel Erentxun, como un Stone / Murakami y yoHola. Hoy es sábado y puente para muchos. Vengo a añadir un poco de autoestima colectiva al cruasán del desayuno. Un puñado de paisanos ha ... sido reconocido por el mundo y podemos celebrarlo. No todo es fútbol, ni paisaje después del virus.
El lunes se fallaron en Bilbao los premios Max de las artes escénicas. Tres representaciones de Gipuzkoa fueron galardonadas y su suma compone la mejor foto de quienes somos. La gente de Teatro Estudio, ese grupo 'aficionado' con más de medio siglo de existencia, fue homenajeada. Lo merecen. Crean espectáculos que parecen profesionales sin perder el espíritu amateur. Manolo Gómez es su director y es otro de esos jóvenes que ya ha cumplido los 80.
También fue premiada Iratxe Ansa, la bailarina y coreógrafa de Errenteria que no para de recibir premios por el mundo y que simboliza esa diáspora artística de vascos que triunfan por ahí fuera sin renunciar a sus raíces. El cuadro se completa con Demode Produkzioak, la compañía que con su montaje musical sobre 'Kutsidazu bidea, Ixabel', txikito pero resultón y dirigido por mi admirado Patxi Barco, se ha impuesto a grandes producciones del foro. Y cierra el círculo fantástico de esa novela creada por Joxean Sagastizabal que sigue siendo best seller, fue teatro, cine y televisión de éxito y ahora musical.
Solo un día después gente de nuestra cocina recibía en Amberes parabienes en el top de la gastronomía mundial. Andoni Luis Aduriz por su Mugaritz, Aitor Arregi por su Elkano, siguen ahí arriba con otros vascos como Bittor Arginzoniz del Etxebarri o Eneko Atxa del Azurmendi. Son listas polémicas, injustas como casi todas, pero representativas. Falta un Martín Berasategui 'castigado' por esa lista, pero a cambio él es el rey de la Michelin (a mediados de diciembre se desvela en Valencia la nueva guía).
El danés René Redzepi repite en primera posición por su nuevo Noma, seguido por el Geranium, también en Copenhague. La 'nueva corriente' del norte de Europa defiende el respeto por la materia prima, la atención a los productores cercanos, un menú ajustado a cada estación... O sea, lo que viene haciendo la mejor tradición culinaria vasca desde hace tiempo. Años atrás cené en el anterior Noma de Copenhague. Fui con Roberto Ruiz, entonces en el Frontón, hoy en Hika. Fue interesante, claro, pero en plan chovinista podría decir que lo que ha hecho después Redzepi es robertoruizarse, o elkanizarse. El Hika es la nueva peregrinación de los amantes del producto... y de los seguidores de Johnny Depp.
Vale, hablemos de fútbol. Un Mikel, Oyarzabal, que ya nos había conquistado a sus paisanos, está ahora de moda en el fútbol europeo. Hoy puede ganar otro título con España. Frente a los jugadores que parecen cantantes de reguetón Oyarzabal es un chaval que pasó por la universidad, mete goles y lidera equipos y aficiones. Para que presumamos los guipuzcoanos en este sábado de puente. Disfrutemos.
Joven Erentxun
Cuando Mikel Erentxun era un chaval que actuaba en bares y en la calle con grupos como Aristogatos yo era otro chaval que empezaba Periodismo y le veía con una cerveza en la mano. Luego montó Duncan Dhu con Diego Vasallo y Juanra Viles y vivieron un éxito temprano y masiva que pudo volverles idiotas. Pero aguantaron. «Es lo bueno de vivir en Donostia», dice. Pasó lo mismo con los de La Oreja o Xabi Alonso: aquí ponen los pies en la tierra, sin tonterías. He visto a Erentxun lo mismo llenar estadios que actuar en bares, siempre con igual entusiasmo. Ahora celebra más de 35 años en la música y saca un disco delicioso con muchos 'top' que le veneran como a un patriarca, porque sigue «tan joven y tan viejo, como un Rolling Stone», que cantaba Sabina. El otro día tomamos un agua en el hotel Arima (la entrevista se publicó ayer). Y se iba al cumple de su hija: los rockeros son ahora así. De mayor quiero ser como Erentxun y soñar que mi mejor crónica está por escribir.
El japonés, como Oteiza
Este año habrá vuelto a descansar. Si a mí, que solo soy lector, me dan el pésame cuando el Nobel va para otro, qué tendrá que aguantar el japonés cada vez que llega lo de Estocolmo. A mí me sedujo el primer Murakami: luego se repitió tanto que aburrió. Pero me hizo gozar muchos años. Para la posteridad ya es mejor ser eterno candidato que ganador. A lo Oteiza, pero en japonés.
mezquiaga@diariovasco.com
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión