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Alkiza celebra el legado «efímero» de Koldobika Jauregi con una performance
Familiares, amigos y vecinos del escultor fallecido en junio se volcaron en el tributo celebrado este sábado en la plaza de la localidad
Una celebración a su vida y obra, «como creemos que a Koldobika le hubiera gustado». El pueblo de Alkiza se volcó en el acto celebrado ... este sábado en la plaza de la localidad en homenaje a Koldobika Jauregi, fallecido el pasado 16 de junio a los 64 años: «Puesto que este 11 de octubre hubiese celebrado los 65, aquí estamos todos sus colegas, vecinos y allegados, para honrar al hombre que desaparece, pero al artista que se queda».
El tributo que, con rigurosa puntualidad, arrancó a las 12.00 horas con la presentación a cargo de Xabier Artola, reunió a colegas que reivindicaron la figura del «escultor del monte» desde diferentes puntos de vista. Jon Umerez, exalcalde del municipio, destacó «lo fácil que era tratar con Koldobika, tanto en lo personal como en todo lo referido a las relaciones institucionales»; Eider Amondarain y Guillermo Otegi, miembros de Alkizako Eskolako Kideak, pusieron en valor su dedicación «y constante trabajo» por la labor docente de Alkiza:«Como en todas las facetas que hoy estamos recordando, lo dio todo».
Los escritores Mariasun Landa y Juan Kruz Igerabide honraron a Jauregi con relatos y reflexiones acerca de la muerte, recalcando que, «como el arte de Koldobika, la vida es efímera». En representación de la importancia que tuvo para Jauregi la figura de Chillida– y viceversa–, el nieto del centenario escultor, Mikel Chillida, que destacó «el inmenso corazón del alkizarra y sus recientes y añorados encuentros con motivo de las celebraciones por el aniversario del nacimiento del donostiarra:«No es que Koldobika fuese una estrella, sino que era un cometa estelar al que difícilmente podremos olvidar», dijo Chillida, quien, acto seguido, como el resto de los ponentes, fueron redondeando la figura central que presidía la plaza, una especie de mándala que los artistas Uxue Lasa y Angel Navas iban rellenando con una coloreada arena.
Una gráfica efímera
Al ritmo de acordeones, guitarras y percusiones de las músicas de Alos Quartet, el aire iba conformando la representación planteada y diseñada por los gráficos, basada en los diseños del propio Koldobika Jauregi. La luna, más bien sus fases y diferentes posiciones, tintadas con arenas de colores, y rodeadas por astros, piedras e incienso. Todo ideado por el pueblo, de más o menos 400 habitantes, que vio nacer, crecer y morir al artista que creó en sintonía con la naturaleza.
«La vida y el tiempo, a la par que la obra de Jauregi, vuela», destacaron. Sus creaciones y percepciones, efímeras, fugaces, se las llevaba el aire, «como en el día de hoy, que las ráfagas de aire están siendo las protagonistas del homenaje a Koldobika, más presente que nunca», comentaban los asistentes.
Para cerrar el homenaje, una peregrinación de vecinos terminó la performance colocando su estrella en el universo de Jauregi; una aparición estelar de los partícipes de la película 'Dantza' (2018)de Telmo Esnal, en la que el artista guipuzcoano tuvo un especial papel en el atrezzo del filme junto a su compañera, Elena Cajaraville, visiblemente emocionada y agradecida en primera línea. Y el toque musical:el bertso 'Non habil, Koldobika?', de Xabier Artola, cantado entre todos con la melodía de 'Xalbadorren heriotzean'. Todo el pueblo de Alkiza celebró y cantó a «uno de sus máximos orgullos locales», y se reunió para una comida popular a las 14.00. «De Ur Mara al Cosmos. Koldobika agurgarria, beti gurekin».
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