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F. de la Hera
Alarde de Irun

Un domingo perfecto

Al coincidir este año en domingo, los dos Alardes han visto incrementado el número de personas que han acompañado el desfile desde las aceras durante toda la mañana. El buen tiempo, fresco y seco, ha ayudado a que el ambiente esté siendo espectacular durante toda la jornada

Iñigo Morondo

Domingo, 30 de junio 2019

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El 30 de junio, San Marcial, es el día grande para los irundarras. Lo es salga como salga y caiga en lo que caiga, pero si se puede elegir, que sea en fin de semana, fresco mejor que con calor y, esto es importante, que no llueva. Es decir, como el de este domingo. Puestos a pedir, que nada estropee el día: que no haya líos, ni caídas de caballos, ni ninguna otra circunstancia que lo enturbie. De nuevo, como este domingo. Con esos ingredientes, se cocinó un día perfecto: festivo y emocionante.

El Alarde tradicional desfiló con 7.998 soldados entre miles de personas que, en domingo, poblaban aún más que en otras ocasiones las aceras de las calles que dibujan el recorrido. Una fiesta total que disfrutaron sobre todo las 19 cantineras, que caminaban entre los aplausos y gritos de ánimo de ese público que lo daba todo al paso de cada una de ellas.

El 30 de junio es un día de ritos y de emociones. De los primeros, algunos son compartidos y programados, como todos los que tienen que ver con el Alarde y su desarrollo, por ejemplo. Otros son particulares y van desde el lugar y el formato del almuerzo de cada cuadrilla o familia hasta el gesto de santiguarse que ese redoble de la primera fila de la Compañía Buenos Amigos hace cuando al comienzo del desfile enfila la calle Uranzu y ve de frente la cuesta San Marcial. Hay un tercer tipo de rito que es una mixtura de los anteriores y tiene su mejor ejemplo en la Alborada. Se trata de una breve pieza que interpretan dos trompetas y una caja y que cada 30 de junio se toca desde las cuatro de la madrugada hasta las seis menos diez en distintos puntos de la ciudad. Algunos son siempre los mismos; otros varían de año a año a la apetencia de los tres músicos.

Galería. El Alarde tradicional, en imágenes.

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Galería. El Alarde tradicional, en imágenes. De la Hera

Galería. Los actos de la tarde del Alarde tradicional.

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Galería. Los actos de la tarde del Alarde tradicional. De la Hera

La última de esas Alboradas está claramente pautada y se toca en plena cuesta de San Marcial, donde cientos de personas cogen sitio desde horas antes para ver el comienzo del Alarde. Este domingo, más gente que nunca asistió a esa última interpretación, antesala de la Diana de Villarrobledo que, con las campanadas de las seis de la mañana, empezó a tocar la Banda del Alarde en la plaza de San Juan, a la vuelta de la esquina. Cuántas personas acompañaron, saltaron y corearon su melodía.

Vídeo. Resumen Alarde Tradicional Teledonosti

Si se trata de ritos y emociones, nada reúne mejor esa vertiente que la Arrancada desde la plaza Urdanibia, donde cada año se enjugan lágrimas de muchas cantineras y de tantos otros irundarras. El Alarde comenzó puntual a las 7.40 de la mañana, con las notas del cornetín de órdenes, clavadas como siempre con acierto por Jon Agudo, dando pie a los músicos de la Tamborrada y al cabo de la Escuadra de Hacheros, Juanjo Martínez, que con su giro de 180 grados puso la vista calle San Marcial arriba marcando el paso al resto de la tropa hasta la plaza de San Juan.

Entrada a galope

Durante ese primer tramo del desfile era el comandante, Asier Etxepare, quien estaba al mando. Toda vez que los 8.000 soldados se reagruparon delante del Ayuntamiento, entró en escena el general, Paco Carrillo, seguido por los cuatro ayudantes del Estado Mayor, todos a caballo. Carrillo entró con un buen galope, firme y bastante rápido.

Llamada del cornetín a capitanes, recogida de la bandera de la ciudad, descargas de escopetas... Ese momento en la plaza de San Juan está lleno de ritos «que normalmente no puedes ver en primera fila como he podido hacer hoy», destacaba la cantinera de Belaskoenea Izar Txuri Reguero. Lo cierto es que ayer, uno de los pequeños ritos no se cumplió del todo, porque al abandonar la plaza camino de la parroquia, los hacheros no pasaron por debajo de la arcada consistorial, como suelen hacer, sino a su lado.

Vídeo. Desfile íntegro del Alarde tradicional de Irun Teledonosti

No tiene más valor que el anecdótico y el Alarde siguió desarrollándose con normalidad. Cuando su cabeza alcanzaba la plazoleta del Juncal, las campanas de la iglesia comenzaron su repique. «Es un momento súper emocionante», aseguraba la cantinera de la Tamborrada, Zoila Zaragüeta, la primera de todas en orden de desfile. «Llegar al Juncal con las campanas sonando y la Banda de Música detrás tocando el Joló ha sido increíble». Los músicos no dejan de tocar esa alegre pieza hasta que todas y cada una de las compañías, incluida la Batería de Artillería que cierra la marcha, entran en la plazoleta, lo que convierte este momento en toda una fiesta de la que participó también el muchísimo público que poblaba la calle Escuelas y los alrededores de la plaza.

Vídeo. Resumen del Alarde público.

Galería. El Alarde público, en imágenes.

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Galería. El Alarde público, en imágenes. Arizmendi

En ese escenario se sumó al desfile el pendón con la imagen del santo y así, con los símbolos civil (la bandera de Irun) y eclesiástico incorporados y tras las correspondientes salvas de fusilería, el Alarde se encaminó hacia el punto de partida para romper allí filas y que sus componentes pudieran subir al Monte San Marcial, donde se cumple el Voto al Santo al que la ciudad se comprometió tras la victoria en una batalla de 1522.

Hasta la noche

Por la tarde, el día 30 de junio sigue la misma pauta de ritos y emociones, aunque a medida que avanza tienen cada vez menos valor y presencia los primeros y más las segundas. El desfile vespertino sirve para devolver los símbolos incorporados por la mañana, pero sobre todo, para alargar esa jornada que «pasa volando» para las cantineras.

Si hay un momento especialmente emotivo para ellas es el paso por la calle Mayor en los que son los últimos metros de recorrido oficial. Con ambientazo espectacular, de nuevo incrementado si cabe por ser domingo, muchas llegaron entre lágrimas a la plaza de San Juan. Allí, cumplidos los últimos ritos, a las 21.20, con la Banda desfilando en último lugar, terminó el Alarde tradicional, aunque las compañías, ya por su cuenta, alargaron algo el día y sus componentes, mucho más aún.

Vídeo. Desfile íntegro del Alarde público Teledonosti

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