«Queríamos que la gente al ver nuestras prendas dijera 'qué guay'»

–Más de diez mil seguidores en Instagram, un vídeo con cinco mil visualizaciones en pocas horas y más de 30 prendas diferentes en su lanzamiento. Que 'Straiker' es movimiento está claro...

–(Risas) No te voy a engañar, estamos muy contentos. Empezamos con este proyecto en noviembre del año pasado, pero hemos lanzado la marca hace un mes y está yendo bien. Somos realistas, sabemos que tenemos mucho que hacer y que nos ha tocado una época difícil, pero estamos trabajando mucho y contentos.

–Cuéntame, ¿cómo nace esta bomba llamada 'Straiker'?

–Fue mi compañero, Andrés Piñeiro, quien me lo propuso. Coincidimos en un trabajo y después me dijo que podríamos montar una marca de ropa. Yo en ese momento no lo vi nada claro. Creía que era un mercado bastante saturado y que no había lugar para mucho más.

–¿Y cómo te convenció?

–Yo vengo del mundo del emprendimiento, así que me gusta meterme en nuevas aventuras. Eso por un lado y por otro, lo hablamos mucho y pensamos en cómo darle un valor añadido a la marca. Pensamos en algo diferente, en darle carácter y en mimar mucho el diseño y los detalles. Queríamos algo que la gente al verlo dijera: «qué guay». Pero no solo eso. Queríamos que fuera algo más que una marca de ropa urbana, queríamos que fuera una plataforma para gente joven.

–¿Cómo se hace todo eso?

–Primero el diseño. Son prendas pensadas por y para jóvenes. Son, además, prendas de colecciones limitadas para que siempre sean actuales. Tenemos, de inicio, tres líneas. Por un lado está la básica y luego tenemos dos que son colaboraciones con dos jóvenes artistas que marcan claramente la diferencia. Una línea la hemos creado en colaboración con la bailarina Leire Dallas y la otra, con el rapero Yer MDZ. Normalmente, una marca empieza con unas cinco prendas y nosotros lanzamos 36 tipos de prendas diferentes. Es una cantidad grande, pero queríamos ser diferentes. Luego están los pequeños detalles...

–Es un detalle que vuestros colores sean tan irundarras...

–(Risas) Sí, ahora el rojo, blanco y negro son los protagonistas, pero pronto llegarán más colores. Me refiero a detalles como la calidad de los tejidos y de los bordados. También de las etiquetas personalizadas, las tiras, chapas metalizadas... Y el 'packaging', claro.

–De momento no tenéis tienda física, ¿cómo llegan las prendas a casa?

–Las cajas de los envíos también hablan de la marca. Incluimos pegatinas, fotos polaroid, llaveros... Intentamos que todos los detalles cuenten.

–Los que también cuentan mucho son los jóvenes. Empezasteis dos, pero ahora sois toda una comunidad.

–Sí, eso es importante. Estamos colaborando no solo con una bailarina y un rapero, sino también con otros jóvenes vinculados al mundo de la cultura o el arte. Esto nos ha dado mucha visibilidad. Lanzamos la marca y de repente todo el mundo estaba hablando de 'Straiker'. Hicimos un vídeo que se hizo viral en pocas horas, la acogida ha sido una pasada.

–Y todo esto en mitad de una pandemia...

–Así es. Mira, hicimos un viaje rápido a París y al día siguiente nos confinaron. Justo acabábamos de hablar con varios proveedores y estábamos poniéndolo todo en marcha cuando las cosas se complicaron, pero no abandonamos. Al final, el confinamiento me ha regalado tiempo para hacer un montón de cosas con calma. Hemos podido crear mucho contenido, mimar el diseño, hacer muchas fotos... Son cosas que luego han ayudado al lanzamiento, así que hasta nos ha venido bien. (Risas)

–Y quien quiera ser 'Straiker', ¿dónde encuentra vuestras prendas?

–En la web wearestraiker.com o en Instagram. Esta situación ha cambiado todos nuestros planes, queríamos haber hecho eventos y muchas más cosas, pero nos vamos adaptando. La semana pasada hicimos un pequeño evento en Donostia para presentar la marca y en redes sociales estamos a tope.

–Oye, ¿y qué es 'Straiker'?

–(Risas) El nombre fue lo más difícil, pero suena bien. ¿Verdad? No significa nada, pero lo escuchas y se hace familiar, como si lleváramos aquí toda la vida.