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La emoción de compartir diecinueve sueños
Las cantineras del Alarde tradicional pronunciaron un emotivo discurso en el que se dirigieron a sus madres, «los primeros ojos que buscamos entre las aceras»
Cada año tiene sus gestos, detalles y momentos que quedan grabados en la memoria, pero para diecinueve irunesas estos sanmarciales están siendo inolvidables de principio ... a fin. Y la noche de este sábado, sin duda, quedará grabada en su memoria.
Elena Etxepare Buissan (Tamborrada), Marina Echepare Ramírez (Banda), Junkal Thalamas Echeveste (Caballería), Irati Otamendi Maiz (Behobia), Miren González Cipitria (Ventas), María Orozco Urtizberea (Meaka), Eider Sánchez Ugartemendia (Bidasoa), Maider Sánchez Díaz (San Miguel), Eider Zuzaya Pagola (Olaberria), María Munduate Coello (Ama Shantalen), Ainara Oyarzabal Dip (Anaka), Olatz Bergés Chaves (Buenos Amigos), Maite Bordonaba Olaizola (Uranzu), Marina Zubieta Prieto (Santiago), Eider Torrano Cores (Lapice), Aitana López García (Real Unión), Iria Bernal Saiz (Azken Portu), Paula Pérez Merino (Belaskoenea) y Ana Retuerto Diego (Artillería) son los nombres propios de diecinueve sueños cumplidos, los de las cantineras del Alarde tradicional. En su presentación oficial, recorrieron el centro de Irun desde la plaza Alberto Anguera. Desfilaron por el paseo de Colón arropadas por los aplausos del público, llegaron hasta San Juan e hicieron el camino a la inversa para llegar hasta la plaza del Ensanche, engalanada en rojo, blanco y negro para la ocasión.
Las cantineras fueron llamadas una a una y subiendo al kiosco, desde donde saludaron a los miles de irundarras congregados en la plaza. A continuación, Eider Sánchez en euskera y Aitana López en castellano pusieron voz al sentimiento compartido por las diecinueve: dieron las gracias «a todos los iruneses e irunesas que formáis parte de todo esto»; «a todas las personas que, durante meses trabajan con esfuerzo, dedicación y amor para que cada detalle del Alarde sea posible», a todas esas personas «que estáis en las aceras todos los días, llevándonos con cada aplauso y cada grito, siendo el motor de todo esto».
En cada paso, en cada latido
Pero las palabras más emotivas de la noche iban dirigidas a «nuestras madres. Ellas viven con nosotras este sueño de ser cantineras. Ellas están siempre pendientes de nosotras, sufriendo nuestros nervios, nuestras prisas y ese sinfín de cosas por hacer. Nos brindan su apoyo incondicional y nos sostienen emocionalmente, sin esperar nunca nada a cambio y son, sin duda, los primeros ojos que buscamos entre las aceras cuando el corazón late más fuerte. Por todo ello, amas, queremos que sepáis que a cada paso que demos nosotras como cantineras, vosotras también lo estaréis dando con nosotras. Porque si estamos aquí hoy, es también gracias a vosotras», subrayaron, en un momento que emocionó a toda la plaza.
Las cantineras han vivido días muy intensos en las últimas semanas, pero lo mejor está a punto de llegar: «Ya sólo quedan dos días para el día grande, y por ello, os deseamos a todos unas felices fiestas de San Pedro y San Marcial». Les desearon a los irundarras «que estos días los viváis rodeados de quienes más queréis, compartiendo alegría y tradición y disfrutando junto con nosotras, trasmitiendo generación en generación este sentimiento tan bonito que es el Alarde. Y que en medio de la celebración, haya también un recuerdo lleno de cariño para quienes ya no están, pero siguen muy presentes en nuestros corazones», concluyeron.
El general pide «respeto para nuestro Alarde, el que hacemos miles de irundarras»
El general, Asier Etxepare, también se dirigió a los irundarras desde el kiosco de la plaza del Ensanche, en la antesala de «los días del año más queridos para nosotros», dijo en euskera. «San Pedro y San Marcial son dos días marcados en rojo en nuestro calendario, sí, pero sobre todo en nuestros corazones. Es difícil de explicar lo que sentimos, pero así lleva siendo desde hace más de un siglo. Irun celebra sus fiestas como siente y quiere su pueblo. Y seguirá siendo así».
«Estamos ansiosos por escuchar la diana, participar en las descargas, coger sitio con las amigas o la familia en nuestro rincón habitual para ver el Alarde y saludar a todos los conocidos. Todo eso es el presente del Alarde, de nuestro Alarde, el que hacemos miles de irundarras. Algunos, desde las aceras, otros organizando, otros desfilando, y todos disfrutando y emocionándonos. Porque es lo que nos han trasmitido y lo que transmitiremos a los irundarras y las irundarras del futuro». El general recordó que «la justicia nos avala» y exigió «respeto para nuestro Alarde».
«Los rostros de las miles de personas que os habéis reunido aquí, las lágimas que veo cada año, la emoción que prende en nosotros cada golpe de tambor o los sentimientos que muestran hacia el Alarde los irundarras más jóvenes dejan claro que, además de pasado y presente, nuestra fiesta, la fiesta que queremos y sentimos los irundarras, tiene un largo futuro», concluyó Etxepare.
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