El Ayuntamiento se plantea mejorar la entrada y salida del parking de Pío XII

El aparcamiento subterráneo bajo la plaza de Pío XII terminó de construirse en otoño de 1997. Desde muy pronto las pendientes para el acceso y la salida y la conexión de ambas con la zona de aparcamiento generaron algunas quejas. Ahora, casi 25 años después, con otra perspectiva y nuevas técnicas de construcción, el Ayuntamiento de Irun se plantea buscar una solución más allá de las mejoras que ha venido realizando.

El área de Obras ha encargado un estudio «de la situación de las entradas y salidas rodadas y peatonales, de las pendientes de las mismas, de la comodidad para su utilización, del tráfico en el entorno, etcétera», detallan desde el área. La delegada, Cristina Laborda, señalaba que lo que se pretende es «analizar qué posibilidades tendríamos a la hora de modificar los accesos buscando una mejora en las entradas y salidas, sabiendo que el estado actual pueda generar algunas complicaciones a los vehículos». La propia concejala advertía que «tiene una antigüedad de más de 20 años y para abordar una mejora como ésta, el primer paso es encargar este estudio para tener todas las opciones sobre la mesa».

En una primera fase se acometerá la toma de datos, necesaria para poder evaluar la situación actual de uso del aparcamiento y las dificultades que se plantean en su utilización, tanto dentro como fuera de la instalación. El plazo de ejecución de los trabajos es de 2 meses y el presupuesto destinado, de 11.253 euros.

Usuarios habituales de este equipamiento señalaban ayer que «es verdad que la entrada y la salida son lo que son, pero hace unos años el Ayuntamiento atendió una petición para cambiar el tipo de pavimento, porque el que había era muy resbaladizo. Con aquella obra, esa parte ya mejoró mucho».

Sin embargo sí detectan otras carencias que establecerían más arriba en un teórico listado de prioridades. «El parking se ha quedado viejo en algunas cosas si se compara con los que se construyen ahora». Algunos usuarios apuntan los accesos peatonales por «unas escaleras casi de caracol, bastante complicadas e incómodas», mientras que otros aluden a que «las plazas se han quedado estrechas porque en 25 años los coches han ido haciéndose mayores y algunos van muy justos en el espacio que hay. Tampoco hay un WC, un servicio que parece básico a día de hoy».