Cándida Jauregi, amatxi de Navarra
Con 107 años, esta vecina de Amaiur (Baztan) es la persona de mayor edad de la Comunidad foral. Pasa sus días con su familia y escuchando música
alicia del castillo
Miércoles, 19 de octubre 2022, 19:52
Con sus 107 años cumplidos hace unas semanas, la amaiurtarra Cándida Jauregi Magirena es la amatxi de Navarra, la persona de mayor edad de la ... Comunidad foral. Ha tomado el relevo de la estellesa María Estrada Aramendia, que también tenía esa edad cuando falleció.
En el corazón de Amaiur, en el Valle de Baztan, Cándida vive con uno de sus cuatro hijos, Félix, en la casa Arginenea donde soplaba las velas el pasado 3 de septiembre acompañada de su familia y de algunas de sus vecinas. Ese día no faltó la llamada de Felipe Frantxez, el párroco de Azpilkueta, «y no veas la ilusión que le hizo», explica Maritxu, una de sus hijas. Viuda desde 1995, tiene cuatro hijos (2 hijos y 2 hijas), 7 nietos y otros 7 bisnietos.
Maritxu también cuenta que Cándida ha llevado una vida tranquila. «Trabajo y comer lo que había en casa, lo que daba la huerta, manzanas, castañas, pan casero y talos. Esto último no quiere, porque antes se comía mucho. Siempre le ha gustado mucho el tocino blanco». «No tiene ninguna enfermedad, solo las cosas propias de la edad. Se levanta a media mañana y desayuna. Le ponemos unos auriculares y le encanta escuchar canciones vascas como 'Markesaren alaba', 'Maitiak galdegin zautan' o 'Ikusten duzu goizian'… Come hacia la una y media, hace la siesta y después, vuelve a escuchar música».
Labranza y costura
Nacida en el caserío Salaberriko Borda, de Amaiur, hija de Antonia y Fermín, fue la segunda de tres hermanos. Desde pequeña le tocó ayudar en los trabajos de labranza del caserío y hasta los 12 años acudió a la escuela, en la casa Kallonea de Amaiur. Después siguió encargándose de la huerta y del ganado. Durante la guerra pudieron subsistir gracias a que hacían pan en casa y siguieron con la huerta y con los animales. A los 37 años se casó con Joxe Inda, su vecino de Argineneko borda, a quien conocía desde niña. Tras la boda, Joxe heredó Arginenea y tras arreglar la casa, situada en el centro de Amaiur, formaron su familia. En cuatro años nacieron Maritxu, Fermín, Belén y Félix.
También en Arginenea continuaron con la labranza, con el ganado, la leche y los terneros. Había aprendido costura con una vecina y se ocupó de coser la ropa para toda la familia. «Con una máquina Alfa que todavía sigue por la casa», explica Maritxu. «Nos reñía porque ninguna de las dos hijas seguimos con la costura», cuenta. En 1995 falleció Joxe, su marido. Hasta la pandemia, el 3 de septiembre, en su casa había misa gracias al párroco Juan Felipe Franchez. Esta vez tampoco hubo misa, pero no faltó la tarta con las velas: 107 años.
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