Goiko cuelga su cámara y se despide de clientes y amigos

Resulta extraño entrar en Foto Goiko estos días y ver las paredes de la tienda, antes llenas de imágenes, vacías. Lo mismo ocurre con los expositores, en los que ya no están las cámaras de distintas épocas, ni se pueden ver las imágenes de famosos que hace no mucho Marín Goikoetxea Plaza tomó. «Ya casi todo está guardado, me quedan algunas cajas por sacar, vienen algunos preguntando por la fotocopiadora, otros a mostrarme su cariño...» Goiko se jubila y cierra su tienda de la Calle Altzate.

Las primeras fotografías que tomó son de 1965. «En ellas aparece mi madre y mis vecinos. Son imágenes en blanco y negro de cuando empecé a revelar». Lo tuvo claro, y el 2 de mayo de 1974, se inscribió en el sindicato de Industrias Químicas, Papel y Artes Gráficas, con el laboratorio en su propio domicilio de Bera.

Y eso que Goiko era trabajador de Laminaciones de Lesaka (hoy en día Arcelor). «Desde 1970 hasta 1990 trabajé también en la fábrica. Cinco años en la de Lesaka y después, 15 más en Zalain-Zoko». De ahí, de sus compañeros de trabajo, vienen las buenas relaciones que aún conserva en Lesaka. Así estuvo hasta que en 1990 se decidió a seguir solo con la tienda.

Goiko, nacido un 24 de mayo de 1949, tiene claro que se ha dedicado a la fotografía «porque siempre me ha gustado reflejar en mis imágenes las tradiciones, el sentir del pueblo. Que en ellas se vea, se pueda percibir lo que sienten quienes las celebran». Sus citas favoritas, «los zakuzar de Lesaka, iñudes de Bera, Olentzero, los alardes de Irun y Hondarribia, las romerías de Ujué y la de Ultzama...»

Recuerda cómo ha cambiado todo en el mundo de la fotografía. En sus inicios tenía «una cámara Nerasport, luego una compacta, y más tarde una réflex... y después llegó el color». Y cuando parecía que ya estaba todo consolidado «llegaron las cámaras digitales, y vuelta a empezar».

Por el mundo

La fotografía le ha dado la oportunidad de viajar y de conocer a diferentes personas. En el año 2003 acudió al París-Dakar con Toyota, conoció a Álvaro Marichalar, a quien después acompañó en su travesía del Camino de Santiago por mar, a la actriz Elsa Pataky, a Miguel Indurain... Fue de los pocos fotógrafos elegidos para tomar imágenes de la Gran Vía de Madrid...

Es cofrade del Salmón del Bidasoa, Bidasotarra del año, y este año ha sido nombrado archicofrade de honor del Camino de Santiago, ya que realizó el Camino por primera vez con 16 años como representante de la Escuela Sindical de Irun, y 50 años después ha vuelto a hacerlo.

Si tuviera que elegir sus fotografías favoritas serían «las que envié a Beijing, China, a un concurso en el que pedían fotos relacionadas con temas rurales. La del Zakozar de Lesaka ganó.

Cuenta que «solo he expuesto mis trabajos en una muestra en Lesaka, a raíz de ese premio, y en Irun en una colectiva». Las últimas fotografías que ha tomado han sido «las del Lurraren Eguna de Bera de este año». No faltó a la cita con las Ferias de Lesaka, donde fue ya sin cámara, acompañado por su mujer, gracias a quien esta vida en torno a la fotografía ha sido posible.

El Diario Vasco

Conserva todos sus carnés de fotógrafo para diferentes revistas y actos. Y cómo no, también el de corresponsal de EL DIARIO VASCO. «Comencé enviando las fotografías y después, por circunstancias, también escribí las crónicas desde 1985. Recuerdo que recorría todas las fiestas de todos los pueblos», explica con una sonrisa. «Mira, hasta guardo la primera factura. Eran otros tiempos. Había que escribir la crónica con la máquina de escribir y después, llevarla a Irun. Me acuerdo que estaba en la tienda y un viajante me dijo que lo que necesitaba era un fax. Aquello me cambió la vida. Pero como cada vez demandaban más páginas y yo no tenía tiempo, tuve que dejarlo», cuenta.

Aunque de vez en cuando todavía colaboraba enviando alguna que otra imagen. Ahora seguro que sigue fotografiando, pero en familia, como cuando comenzó. Entonces a su madre, ahora a sus dos nietos.